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Dermatosis en lactancia materna

martes 08 de agosto de 2023
Dermatosis en lactancia materna

La lactancia materna es el alimento recomendado para los bebés en sus primeros meses/años de vida. 

Algunas alteraciones dermatológicas pueden poner en riesgo la lactancia, debido a las molestias, dolor o infecciones en la zona torácica, areola o pezón.

Grietas, fisuras, infecciones, dermatitis o tumoraciones benignas pueden aparecer por primera vez durante este periodo, o presentar exacerbaciones en pacientes ya predispuestos.

Uno de los problemas dermatológicos más frecuentes durante las primeras semanas de lactancia, es la aparición de fisuras o grietas en la zona de pezón.

La correcta hidratación de la zona areolar y pezón con productos emolientes es, por supuesto, recomendable, al igual que en el resto del cuerpo.

En caso de que aparecieran grietas o fisuras, es fundamental disminuir la inflamación y el dolor que experimenta la madre para así no poner en riesgo la lactancia, pues en ocasiones el dolor es tan intenso que imposibilita alimentar al bebé. Es importante que la mamá realice baños cortos, con agua tibia, jabones neutros para lavar e higienizar la piel.

Existen productos específicos que contienen anestésicos y antiinflamatorios que pueden aplicarse inmediatamente después de que el lactante coma, o una hora antes, y retirar antes de ofrecer el pecho al bebé. Junto con estos productos específicos, la correcta hidratación intensiva de la zona es fundamental para la rápida cicatrización.

En cuanto al origen más frecuente de las grietas o fisuras, para evitar la continuidad del problema es fundamental analizar el método de lactancia y la postura utilizada por la madre y el bebé, o menos frecuentemente problemas oro-faciales del lactante. Una incorrecta posición para amamantar o problemas de succión en el niño podrían perpetuar el cuadro.

De forma secundaria a estas fisuras o grietas, pueden producirse infecciones bacterianas o fúngicas (por hongos o levaduras), que en ocasiones aumentan la inflamación en la zona y requieren un tratamiento específico.

La contínua humedad en el área, uso de discos absorbentes, sujetadores de fibras sintéticas, cabios hormonales, estrés, etc. pueden desencadenar la aparición de dermatitis en la zona del pezón por problemas de contacto irritativos o por alergia. En madres con tendencia atópica, psoriasis u otras dermatosis, estos problemas son aún más frecuentes y suelen requerir tratamiento antiinflamatorio tópico y sistémico, así como medidas para disminuir el picor. Es fundamental detectarlas y realizar prevención precoz.

Además, es importante tomar medidas no farmacológicas como evitar el excesivo lavado de la zona (el amamantar a un bebé no supone que deba lavarse más la zona de la areola-mamila), correcta hidratación, uso de fibras naturales en contacto con la piel como el algodón.

Otras lesiones que en ocasiones pueden resultar molestas durante la lactancia, son tumoraciones benignas, como los fibromas blandos o acrocordones, que aparecen en la zona areolar, submamaria o entre las mamas, en personas con antecedentes de las mismas lesiones en la familia.

Además es habitual que estas lesiones aumenten en número y tamaño durante el embarazo. En ocasiones el bebé puede rozar o irritar estas lesiones, causando inflamación, infección y dolor a la madre al alimentar al bebé. Por ello se recomienda eliminar las lesiones presentes en zonas conflictivas antes del nacimiento del bebé.

Ciertas lesiones infecto-contagiosas como verrugas víricas o moluscos que estén presentes en la zona de la mama o abdomen de la madre, deben ser tratadas antes del nacimiento del bebé para evitar así el contagio durante la lactancia.

Si presentan alguna de estas dermatosis es importante acudir al dermatólogo o ginecólogo, para así evitar poner en peligro algo tan importante para la madre y el bebé como la lactancia materna.

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