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Sobre adolescentes, padres, tomas de escuelas y crisis social

La palabra adolescencia deriva de “adolecer”, padecer sufrir.
viernes 11 de noviembre de 2022
Sobre adolescentes, padres, tomas de escuelas y crisis social

 

 

Etapa de crisis y cambios, de despedirse de la infancia para iniciar el camino a la adultez.

Un cambio que se inicia con la pubertad, los cambios corporales y emocionales y los duelos necesarios para continuar el desarrollo. Duelo por el cuerpo infantil, por los padres idealizados y por el vínculo infantil con ellos. Época de discusiones y peleas por derechos y obligaciones, de luchas con un mundo adulto que pone límites a sus deseos y le impone responsabilidades. Un tire y afloje que cualquier padre de adolescentes conoce y padece.

Los padres a su vez se enfrentan a la tarea de aprender cómo interactuar con un hijo que ya no es niño y atraviesan el propio duelo en el que se despiden de ese nene que raramente los criticaba y al que era simple decirle “no”.  El hijo, en cambio, los cuestiona, los critica, se rebela, exige libertades y permisos. Ese adolescente pujante lleno de energía y vitalidad se contrapone en nuestros días con otro modo de ser adolescente. Se trata del que vive pegado al celular la computadora y los video juegos. Con este la lucha es por el tiempo que pasa “prendido a la computadora”. Dos modos de respuesta diferentes a la crisis de ser adolescente.

Esta lucha “padres e hijos” se encuentra representada en nuestros días por la toma de escuelas en la que los chicos se enfrentan al mundo adulto en reclamo de lo que sienten sus derechos. No voy a argumentar aquí sobre si tienen razón o no en el reclamo sino en el hecho de cómo se ha desplazado al afuera lo que solía plantearse dentro del ámbito familiar.

Los jóvenes necesitan luchar para crecer, separarse de la familia y abrirse paso en el mundo. Es un “segundo parto” en el que pujando y empujando se abren camino hacia el afuera extra familiar.

Lo curioso es que aparentemente, los padres se han aliado con los hijos en esta lucha por sus derechos…escolares? ¿Sociales?  Como si en lugar de ser ellos los que ponen límites, prefirieran delegar esa responsabilidad en autoridades extra familiares. Como si optaran por un rol fraterno hermanándose con los hijos, eludiendo su responsabilidad como adultos y padres.

Las autoridades responden responsabilizando a los padres por los sucesos, forzados a “educarlos”. en el cumplimiento de su rol y “devolviéndoles la pelota” de la responsabilidad sobre la conducta de los hijos.

Somos conscientes de estar viviendo una crisis social como no se ha vivido antes y que esto genera tanto confusión como desubicación. Los adolescentes son eso, adolescentes y necesitan modelos adultos que los acompañen y guíen en esta etapa, con límites adecuados y derechos unidos a responsabilidades. Se encuentran en cambio, con un mundo adulto en el que prima el desorden, las luchas y divisiones, y no ofrece respuestas maduras a sus preocupaciones y reclamos.

A su confusión propia de la etapa, los adultos responden con más confusión. Escuche a una dirigente estudiantil reclamar por la desorganización en las pasantías y quejarse por el escaso jamón en los sándwiches de la vianda. La Biblia se mezcla con el calefón, lo importante con lo accesorio y no hay quien los ayude a discriminar y a poner sentido común y orden a sus reclamos.

Es hora de que los adultos empiecen a pensar en qué valores le están transmitiendo a las nuevas generaciones y en que educar es una tarea que demanda seriedad y responsabilidad. El caos es la respuesta a la ausencia de autoridades que inspiren respeto, que los escuchen no para someterse a sus reclamos, sino para ayudarlos a reflexionar y discriminar lo importante de lo accesorio, los modos de reclamar, las consecuencias de su accionar y su responsabilidad como miembros de una sociedad.

 

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