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Sobre gustos y colores...

martes 07 de diciembre de 2021
Sobre gustos y colores...

Estimados lectores: aquí, nuevamente Agalina dispuesta a ahondar en los dilemas del alma humana. Esta semana he recibido un elogioso correo electrónico de Dorita, de profesión peluquera, quien me cuenta, muy enojada, que su socia “la quiere jubilar”. Dorita reconoce que en los últimos tiempos ha estado un poco distraída y que ha cometido algunos errores con el tono del cabello de varias clientas. La que quería un “rubio miel” en sus rizos, obtuvo un “verde apio”, la que pidió un color “castaño natural” quedó con un “zanahoria estridente” y la que pretendía un “chocolate aterciopelado” se encontró con un “remolacha iridiscente”. Pese a estas distracciones, me dice Dorita, sigue siendo la mejor colorista del barrio y no quiere ser desplazada de la peluquería que ella misma abrió hace 30 años. Preocupada y descontenta, pide mi atinado consejo.

Mi estimada Dorita: su e-mail me ha traído a la memoria el nombre de Mario Muchnik, un admirado editor, escritor, y fotógrafo, quien fundó varias editoriales, de las cuales más tarde sería, paradójicamente, despedido. Permítame que le cuente algunos pormenores de su interesantísima vida.

A sus 90 años, Mario Muchnik, nacido en Buenos Aires en 1931, se reconoce un privilegiado por haber formado parte de una escuela de editores que supo favorecer la calidad por sobre los mandatos del mercado del libro. Este multifacético amante de la cultura en todas sus manifestaciones ha cosechado amigos y admiradores, tanto entre los autores que publicaba como entre sus colegas. Siendo muy joven, se doctoró en física por la Universidad de Columbia, y luego ejerció durante algunos años en Roma. Pero en 1966, dio un giro a su vida y se interesó primero en las traducciones, para volcarse, luego, de lleno a la edición, actividad en la que su padre Jacobo lo precedía. Trabajó cuatro años en París para el prestigioso Robert Laffont, etapa que Muchnik considera como un invaluable curso universitario de edición.

En 1973, fundó Muchnik Editores en Barcelona, junto con su padre. Ese sello editorial que crearon los Muchnik cambiaría, años después, de manos y de nombre, y hoy es El Aleph, del grupo Planeta. Los vaivenes del complejo mundo editorial hicieron que Mario terminara siendo despedido de la editorial que él mismo había fundado. Y esto, lamentablemente, no le pasó una sola vez. Sin embargo, más tarde, abriría otra editorial independiente: El taller de Mario Muchnik.

Responsable, a lo largo de su extensa carrera, de publicar a escritores como Cortázar, Calvino, Amado, Saer, Monterroso y una decena de autores más, este notable editor forjó con la mayoría de ellos entrañables amistades. Hoy está retirado de la edición y reparte su tiempo entre la fotografía, otra de sus pasiones, y la escritura de sus experiencias en el mundo editorial. Ha publicado varios libros, algunos de ellos, casualmente, con el sello de El Aleph, su antiguo emprendimiento. En sus relatos, Muchnik manifiesta su amor por la profesión y se define como un editor que ha intentado siempre poner en primer lugar las preocupaciones culturales por sobre las comerciales. Esta elección, dice, le ha deparado momentos críticos y ha complicado su situación económica, pero al mismo tiempo le ha brindado a su profesión satisfacciones incomparables.

Algunos de los aspectos más admirables de la vida de este editor de raza es que nunca olvidó el valor del amor de su familia, que supo mantener vigente el recuerdo de sus padres y que jamás perdió el sentido del humor. Estas cualidades le permitieron encontrar, hasta hoy, razones para seguir adelante.

Todo un ejemplo, ¿no le parece, Dorita? Confío en que le haya gustado el relato y que pueda meditar la posibilidad de reinventarse. Si las clientas de la peluquería no aprecian los colores de la zanahoria, el apio y la remolacha, tal vez, en un emprendimiento de batidos energéticos la situación puede ser muy diferente.

Hasta la próxima.

Agalina

 

Agalina Catarrate. Maestra ciruela, consejera sentimental. ¿Problemas amorosos? ¿Conflictos que te quitan el sueño? ¿Dudas existenciales? Podés escribirle a [email protected] y ella, con mucho gusto, responderá en próximas ediciones.

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