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"El miedo al cambio"

viernes 08 de diciembre de 2023
"El miedo al cambio"

Llega fin de año y los finales siempre nos llevan a pensar en cambios. En lo que dejamos atrás, en los propósitos que cumplimos y en los que no, en lo que nos propondremos para el año que llega, en las ganancias y en las pérdidas.

Duelos y proyectos, aprendizajes logrados y por lograr

Este fin de año el cambio de modelo político sorprende a muchos con temores e incertidumbres, miedo a lo desconocido, desconfianza, resistencias a dejar lo que por conocido nos resultaba familiar y encontrarnos con lo diferente por conocer.

Algunos se acomodan en el “Mejor malo conocido que bueno por conocer”, otros esperan que el cambio sea para mejor. El miedo muchas veces conduce al deseo de rechazar y atacar lo nuevo, y así se arman grietas entre los que luchan para no cambiar y los que esperan que el cambio lleve a un lugar y una vida mejores.

El cambio es parte de la vida, desde que abandonamos el vientre materno para atravesar el túnel del parto y encontrarnos con un mundo extraño, tan distinto a la vida intrauterina.

Esta primera experiencia traumática es el modelo de la angustia ante el cambio. Un pasaje inevitable en el que no sabemos con qué nos encontraremos del otro lado.

Desde entonces la vida nos enfrentará con cambios de todo tipo, despedirnos de la infancia, de la adolescencia y de la juventud, de la escuela y tal vez la universidad a la vida laboral, de la soltería a la pareja y los hijos.

De eso se trata vivir, de ir cambiando, creciendo, de casarnos y separarnos, de perder amigos, familiares, de ganar nuevos lugares y pertenencias y de adaptarnos a cada cambio y aprender de ellos.

El permanecer en el mismo tiempo y lugar es solo una ilusión, no pasamos dos veces por el mismo río, vivimos fluyendo. Un día nos miramos al espejo y nos vemos arrugas y al niño que una vez fuimos le resulta increíble. Es inútil resistirse a los cambios, son inevitables.

Nos cabe ver cómo nos acomodamos y encontrarnos con la curiosidad expectante que, de niños, se nos despertaba ante cada nueva aventura.

Cada cambio es un desafío y en el deporte de la vida ya hemos tenido suficiente entrenamiento como para estar dispuestos a jugar al juego que se nos presenta y salir airosos.

La trampa es intentar aferrarnos a lo conocido entendiéndolo como seguro. Nadie nos prometió seguridades, lo único seguro es que no viviremos para siempre. El enojo y la resistencia solo nos descubren en nuestros aspectos más infantiles e inmaduros.

A la vida no le importa si nos gusta o no, ella sigue su curso como el río, y si no aprendemos a nadar en el sentido de la corriente, pues nos arrojará a la orilla o nos cubrirá sin detenerse.
Enfrentemos deportivamente cada cambio, entendiendo que los desafíos nos fortalecen y son una oportunidad de crecimiento.

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