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"La adicción a sufrir"

miércoles 11 de octubre de 2023
"La adicción a sufrir"

La adicción es un tema sobre el que solemos escuchar con frecuencia. Adicción a las drogas, al alcohol, adicción al trabajo (work alcoholic). Sabemos que es una patología compleja y que los tratamientos no siempre son exitosos.

Tal vez hasta leímos que los pacientes que las padecen sufren de un vacío que buscan tapar con sustancias, o calmarlo trabajando compulsivamente. Un vacío afectivo relacionado a tempranas vivencias de abandono y desamparo que, ignorantes de su origen, resultan sumamente angustiantes. Encontrar recursos para calmar la angustia del vivir es una de las tareas más arduas e imperiosas que nuestro psiquismo debe enfrentar.

Si leímos o vimos las "Cincuenta Sombras de Grey", también comprobamos que hay personas que gozan con el sufrir y el hacer sufrir y que acciones de este tipo forman parte de la vida sexual de los humanos (sado-masoquismo para el psicoanálisis). Es decir que a veces el sufrimiento se erotiza y pasa a ser fuente de placer.

Pero no solo en la vida sexual el sufrimiento puede erotizarse. Hay un tipo de sufrimiento particular que no se expresa en esa área, se trata del sufrimiento moral. Los psicoanalistas lo llamamos masoquismo moral.

Frecuentemente escuchamos comentarios acerca de alguien que "siempre se hace la víctima", que su discurso abunda en quejas y reclamos, al estilo del tango "la vida me engañó"”.

Este tipo de personas parece regodearse contando sus males y sufrimientos, como si disfrutara del papel de víctima frente a un público que tolera con incomodidad el relato de los dolores, sin saber muy bien cómo responder.

Las palabras de consuelo no parecen resultar efectivas y si alguien osa por ejemplo decir: "Bueno, pensá en que también hay cosas positivas", la víctima responderá ofendida: "Vos podés hablar así porque no viviste lo que viví yo", o frases por el estilo, logrando algunas veces que el auditorio se sienta culpable por tener una vida más tranquila.

Las "eternas víctimas" sufren de un tipo particular de adicción, la adicción a sufrir. Los vemos una y otra vez cometer los mismos errores que los llevan a fracasar, a repetir las malas experiencias con vínculos que siempre "terminan mal", a perder amigos que se alejan sintiéndose impotentes para calmarlos y frustrados, porque el show de la queja nunca termina y no hay espacio para sentirse a su vez, escuchados. Estos "desengaños" son agua para el molino de las víctimas que encuentran nuevos motivos para seguir victimizándose.

Es difícil entender que alguien pueda hacerse adicto al sufrimiento, parece contradecir la humana tendencia a buscar el placer. Sin embargo estas personalidades han encontrado una manera de defenderse del vacío, de la nada, de la falta de una identidad estable. Ser víctima es ser alguien, es tener una identidad y desde ella exhibir frente al mundo su sufrimiento con el placer de lucir su "corona de espinas", ante quienes no tendrían el mismo coraje para soportarla.

Es importante entender que esta modalidad del masoquismo es una patología tan compleja como las demás adicciones y mucho menos reconocida. Sufrir por amor tiene mejor prensa que drogarse, pero por amor no se sufre, se vive. Si se sufre habría que preguntarse por qué seguir en un vínculo sufriente. Por qué algunas personas vuelven, una y otra vez, con quien las hace sufrir.

Interesante tema el masoquismo moral, no se muestra nunca tan claramente como el masoquismo sexual en "las cincuenta sombras". A veces todos, sin darnos cuenta, tropezamos con las mismas piedras, nos caemos, nos lastimamos. Casi sin querer, nos buscamos sufrimientos.

Da para pensar…

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