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Acerca del cansancio mental

viernes 12 de mayo de 2023
Acerca del cansancio mental

Leo en un artículo que “La fatiga cognitiva es el resultado de pensar demasiado y durante mucho tiempo. Los neurocientíficos ahora creen que saben por qué ocurre esto. Los nuevos hallazgos sugieren un mecanismo biológico”.

Lo primero que se me ocurre es entender a qué se refieren con “pensar demasiado”. Asocio con lo que hace años atrás se conocía como “surmenage”.

Es seguramente interesante investigar qué procesos biológicos acompañan a esta “fatiga cognitiva”; sin embargo, los humanos somos más que cerebro y neuronas. El cansancio es en principio un sentimiento, por eso decimos “me siento cansado” y no “tengo una fatiga cognitiva”. El cansancio se siente en todo el cuerpo. Podemos diferenciar también el satisfactorio cansancio que sentimos después de haber jugado un buen partido, del agobiante cansancio que proviene de la frustración.

Llama la atención que se afirme que “el pensar demasiado cansa”. Las personas solemos pensar todo el día en variados temas, la lista de compras, los problemas con los hijos o la pareja, el trabajo, la situación política, si habrá paros o cortes que alteren nuestras rutinas, etc. Hasta dormidos seguimos pensando durante el trabajo del sueño. Sin embargo, no decimos “estoy cansado de pensar”. Esto solo ocurre cuando el pensamiento consiste en “darnos manija” insistiendo en algo que tiene que ver más con sentimientos que con ideas. Como por ej. “me volverá a llamar o fui solo una aventura, a lo mejor me llama mañana o está esperando a que llame yo…” en un interminable querer resolver pensando algo que no depende de uno.

El pensar es un preparativo para la acción: “qué cocino hoy?” “A quién invito este domingo?” “Cuánto tiempo me queda para terminar este trabajo” Me adhiero al paro o no? ¿Cómo encaro a mi jefe para pedirle un aumento? ¿Qué carrera elijo en la universidad? Son preguntas que nos hacemos para prepararnos a actuar. Preguntas que también involucran sentimientos, temores, dudas, inseguridades. Pensamos para procesar esos sentimientos antes de tomar la decisión y actuar. Pensar es una necesidad, la necesidad de decidir qué camino tomar ante cada problema que la vida nos plantea. Problemas que pueden ser simples como el “qué cocino” o muy complejos como “teniendo tantos motivos para sentirme bien, por qué me siento tan frustrado e insatisfecho”.

La “fatiga cognitiva” probablemente involucre una variedad de sentimientos como frustración laboral, descontento, sobre exigencia, resentimiento, impotencia, etc. Los que estamos satisfechos con nuestro trabajo nunca experimentamos tal sentimiento. Por lo contrario, disfrutamos de dedicar tiempo y esfuerzo a nuestra tarea, de estudiar y aprender cada vez más sobre lo que nos interesa.

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