La agresividad en los niños
No hace mucho tiempo se dictó condena a quienes asesinaron a Fernando Báez Sosa, un tema muy candente en los medios y del que hablo y seguramente seguirá hablando la sociedad entera.
No es la intención de ese artículo tocar este tema específicamente, que no tiene que ver con mi especialidad, sino sobre el temor que pudo haber generado en los padres que sus hijos se encuentren en ese lugar.
Y pensar, si la violencia es una cuestión de educación, ¿Cómo hacer para que mi hijo no sea un violento?
Pero, ¿que provoca la agresividad en los niños?, ya desde pequeños
Muchos niños que manifiestan conductas agresivas tienen un nivel de autoestima bajo.
El concepto que tienen de ellos mismos es negativo. O bien se sienten inferiores, esto a su vez genera dolor y frustración mal canalizada.
No es esta la única causal de agresividad en un niño, pero tengamos en cuenta esto: si tiene conductas agresivas, se lo tilda del que “se porta mal” del “Malo “y así lo ve su entorno y esta mirada de los otros perjudica aún más su nivel de autoestima.
Los adultos, quienes estamos a cargo de los niños, somos también su modelo de referencia, No podemos olvidarnos esto, ya que, si se desarrolla en un clima hostil, lleno de gritos, amenazas, maltratos, es posible que lo naturalice como la manera de dirigirse al otro.
Si bien es necesario para su crecimiento sano, la puesta de límites claros y concisos, sostenidos y consensuados (única manera de poner los limites) cuando se es demasiado rígido y estricto con el niño, duro e inflexible, sin ninguna explicación, cuando llega el grito o hasta incluso el golpe porque si, esto genera mucho miedo en estos niños, y puede despertar conductas agresivas. Porque esa “ira” que se provoca en ellos, producto del miedo y la frustración, puede terminar siendo canalizada, por ejemplo, en la escuela y con otros niños.
Pero, no nos tenemos que olvidar que es tan nocivo para ellos la Rigidez como la falta de normas de convivencia en casa, a ausencia de reglas claras. Ya que necesitan estas reglas, estas rutinas, para su desarrollo madurativo, en todos los aspectos. Cuando en un lugar no hay reglas para seguir, generalmente se impone la ley del más fuerte.
Los niños pequeños pueden tener conductas agresivas, cuando necesitan llamar la atención del adulto, cuando se sienten ignorados, como una manera de decir “acá estoy”
¿La agresividad se aprende? ¿Se educa? Al menos en el ámbito del hogar, queridos padres la falta de coherencia y de consenso en la forma de educarlos en el hogar puede ser un causal de esto.
Existen patologías que se desarrollan que incluyen la agresividad como síntoma, que se tienen que despistar en un diagnóstico claro con un médico especialista. Esto también hay que tenerlo en cuenta, y estar atentos.
Por último, quisiera agregar, que, si observan conductas agresivas en sus hijos, y no encuentran que puede llegar a provocarlas, si estas conductas se repiten y no saben cómo manejarlas, la intervención temprana y la orientación familiar pueden llegar a ayudarlos a comprender y a buscar la manera de manejar estas situaciones, y crear el clima propicio para que no aparezcan estas conductas.
En un próximo artículo, retomaré este tema, para tomar en cuenta lo que sucede cuando los niños son criados en un ambiente hostil
