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Una Mirada Interna

“No confundas conocimiento con sabiduría. Uno te ayuda a ganarte la vida; la otra, a vivir”

lunes 19 de diciembre de 2022
“No confundas conocimiento con sabiduría. Uno te ayuda a ganarte la vida; la otra, a vivir”

Se acerca el momento del año en que, muchos, deciden hacer un balance sobre lo vivido a lo largo del mismo. Algo así como sacar conclusiones acerca de lo esperado y lo obtenido, o del esfuerzo realizado en relación al resultado logrado: de los sueños imaginados cuántos se hicieron realidad y qué pasó con los otros… del arcón privado de la esperanza, cuánta de ella sirvió para sostén en el trayecto andado y cuánta se escabulló en el camino con paradero desconocido… las posibilidades que perdimos y las otras, las que se diluyeron ante nuestra mirada incrédula… los afectos que ya no están y los nuevos que comenzaron a acompañarnos en el camino… los vínculos que se disolvieron, por los distintos motivos que hayan sido…

Tiempos en los que afloran los “¿por qué?” de lo sucedido en el trayecto andado, aunque no siempre surgen las respuestas necesarias que otorguen el entendimiento que se traduzca luego, en aprendizaje y, posteriormente, en experiencia…

Lo concreto es que somos caminantes de la propia senda, constructores de nuestro trayecto vital durante lo que dure nuestro particular viaje de vida.

Y ahora, nos enfrentamos a un año más que pasó o a un año menos de vida que nos queda. Tan cierto lo uno como lo otro y, sería bueno, no desestimar ninguno de los dos puntos de vista. Uno es necesario para tratar de construir los aprendizajes que le den sentido a lo vivido; el otro, de advertencia sobre la fugacidad de nuestro tránsito terrenal y, así, buscar celebrar la vida otorgándole sentido a cada paso y conciencia a cada decisión.

Buda decía: “Somos lo que pensamos. Todo lo que somos surge de nuestros pensamientos. Con nuestros pensamientos damos forma al mundo”.

Deberíamos detenernos a pensar, entonces: ¿qué pensamientos creamos, potenciamos y sostenemos, nutriéndonos de ellos y dando vida a la realidad que transitamos?

Habrá que contemplar la posibilidad de generar una nueva fuente de pensamientos que se constituya en el manantial donde abrevar pensamientos nutricios, vigorizantes, que nos permita dejar de emparchar los mismos errores y despropósitos tan gastados por su uso interminable insistiendo en darles continuidad, permitiendo que surja la creatividad renovadora y los vínculos apaciguadores.

Los balances no siempre muestran los resultados esperados, ni se condicen con las expectativas del trayecto andando. Sin embargo, muestran un resultado que puede ser gratificante, invitando a continuar en dicha senda o, por el contrario, ser una evidencia descarnada de que el camino andado fue erróneo y resulta imperioso modificarlo con tiempos de cambio que llevarán la impronta de qué se debe modificar y, a partir de esa conclusión, para que no quede en una declamación enunciativa y continúe todo igual, iniciar el proceso de transformación que conduzca a innovar y renovar lo que se deba…

Entre tantos caminos erróneos habrá que encontrar el que nos conduzca al lugar deseado, indagando siempre en el inagotable manantial interior donde aguardan pacientemente las respuestas a que vayamos a buscarlas.

Sería bueno, para ello, recordar la sugerencia de Mario Benedetti en su poema “Pausa” …” De vez en cuando hay que hacer una pausa, contemplarse a sí mismo sin la fruición cotidiana, examinar el pasado rubro por rubro, etapa por etapa, baldosa por baldosa, y no llorar las mentiras sino cantarse las verdades”.

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