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“Haz de tu vida un sueño y de tu sueño una realidad”

lunes 11 de julio de 2022
“Haz de tu vida un sueño y de tu sueño una realidad”

El día a día avanza con su carga inmisericorde de sucesos repletos de deshumanización. Los pasos nos conducen, una y otra vez, por los mismos caminos tortuosos y retorcidos de las repeticiones erróneas.
Decía Amado Nervo que “hay algo tan necesario como el pan de cada día, y es la paz de cada día, la paz sin la cual el mismo pan es amargo”
Pero ¿qué sucede cuando uno se acostumbra al gusto amargo, a fuerza de repetirlo una y otra vez indefinidamente, y en la sumatoria final terminan siendo tantas las veces, que se ha perdido la cuenta?
¿Será porque uno se acostumbra a ese sabor o porque se termina olvidando el gusto de la dulzura? O quizás, la habituación a los hechos deplorables nos termina familiarizando con ellos, llevando a aceptar su presencia a través del hábito de la naturalización.
Sin embargo, creo que la mayoría de la gente espera un cambio, anhela un cambio, sueña un cambio de sabor en el paladar existencial.
Es que el alma trasciende en la luz, no en la oscuridad. Por eso su reclamo es imperioso y sacude su clamor desde las fibras más íntimas de cada uno de los que quieran escucharla.
“La ilusión no se come –dijo ella. No se come, pero alimenta –replicó el coronel” dice Gabriel García Márquez en un fragmento de su libro “El coronel no tiene quien le escriba”
La necesidad de soñar constituye esa trama invisible que nos teje y ensambla interiormente, cuando todo en el afuera va erosionando vidas y proyectos derribando logros y esfuerzos.
Si bien todos habitamos un mundo común, nos movemos dentro de él desde universos propios. El mundo que creamos y recreamos en nuestra interioridad, nos constituye, nos guía, nos empuja o frena, pero es tan propio como singular, tan antiguo o tan novedoso como nuestro diseño interior quiera o pueda recrearlo.
En nuestro interior se encuentra el refugio donde anidan los sueños, que son ese depósito de luz que nos ilumina cuando el ánimo flaquea, las piernas se niegan a continuar andando y los pies ya no sostienen el peso muerto del cuerpo cuando se siente vencido.
¡Qué maravillosos son los sueños! ¡Qué gran recurso! Un elixir, del más allá, para que no olvidemos de dónde venimos
Cuando se presentan, nos invitan a ponernos de pie, a continuar en la senda o buscar alternativas. Nos sacuden el desánimo para despertar la motivación y hacer florecer los brotes de la confianza en uno mismo, para guiarnos hacia el logro anhelado.
Nos hablan acerca de la fortaleza necesaria para luchar por ellos, para no dejarse vencer por los fracasos. Requieren de la perseverancia necesaria para no desistir de alcanzarlos.
En los sueños, las posibilidades son infinitas porque todo está permitido y si bien pueden situarse muy lejos, el esfuerzo y la persistencia impulsan al logro de su concreción.
No da lo mismo diseñarlos y sostenerlos que desecharlos y olvidarlos.
¡Que no nos roben también los sueños! Son necesarios, vitales, propios e intransferibles. Son ese blasón interior que nos distingue ante nosotros mismos.
Hagamos un esfuerzo para seguir el consejo del doctor Augusto Cury cuando afirmaba: “Si tuvieras que renunciar a algunos sueños, cámbialos por otros, pues la vida sin sueños es un río sin cabecera, una playa sin olas, una mañana sin rocío, una flor sin perfume.”

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