“Uno está obligado a reducir la rentabilidad para que siga entrando gente”

Jorge Barbé, dueño de la Farmacia “Fuchs”, fue otro de los que conversó con este diario respecto a los constantes incrementos que tienen los medicamentos, y fue crítico al referirse a un escenario muy puntual que puso como ejemplo para ilustrar la situación: las personas diabéticas. Hoy por hoy, con el actual contexto económico es prácticamente imposible para una persona con esta enfermedad comprar su medicación. Necesariamente, hay que tener cobertura de alguna obra social, de lo contrario, pagar la medicación se vuelve una odisea.

“Los medicamentos no paran de subir nunca. Los que manejan los sistemas cargan los precios, y si a ellos les llega un aumento, tienen que aumentar. Las actualizaciones son diarias, puede que haya cambios, como puede que no los haya. Hay medicamentos que no cambian en dos meses, pero normalmente, todos los meses van en aumento, señaló el dueño de la farmacia Fuchs.

En esta línea, Barbé resaltó que uno de los medicamentos que más aumentó en el último tiempo fue el Ibuprofeno. Cuando empezó la pandemia, costaba cerca de 380 pesos, y hoy ya supera los 500. “El Ibuprofeno es algo que se consume masivamente, pero si hablamos de algo específico, como los medicamentos para la diabetes, eso siempre fue algo caro, pero ahora si no tenés obra social, no los podés comprar directamente, porque el bolsillo no da, sin receta es imposible de costear. Hay cajas que cuestan 2.400 pesos, y tenemos otros que llegan a costar 7.480 pesos”, explicó.

“Como estar preocupados, lo estamos, aumentos siempre hubo, si hay inflación, más se nota. De todas maneras, los incrementos son siempre algo progresivo, el problema más grave, diría yo, es cuando empieza a haber faltantes. Hoy, por ejemplo, es muy complicado conseguir Novalgina; nosotros trabajamos dos o tres marcas y no se consigue. Muchas veces pasa que no hay stock porque se está vendiendo todo por el tema del covid, mucha gente tiene cuadros de fiebre, por eso se vende mucho. Cuando no se consigue un determinado producto, algunas marcas disparan los precios, eso es algo que también pasa con frecuencia”, resaltó Barbé.

Baja rentabilidad

En el cierre de la entrevista, Jorge Barbé se refirió a la baja rentabilidad que asegura tienen las farmacias, y fue crítico al afirmar que “uno está obligado a reducir la rentabilidad para que siga entrando gente”. “Cuando mi padre puso la farmacia, no existían las obras sociales, era todo al contado. Empezó con Seros y Pami, y después se fueron sumando las prepagas. Las prepagas nos sacan un porcentaje a las farmacias, depende de cuál sea, pueden sacarte más, y eso, en definitiva, es una pérdida, porque no es algo que después te pagan. Esa bonificación se está agrandando cada vez más. Una opción es dejar de atender personas con esa obra social, y ver si la gente sigue entrando o no, el problema es que si no atendés ninguna obra social, a la farmacia no entran clientes”, concluyó.