La buena estrella
Estimadísimos: nuevamente, Agalina respondiendo a las inquietudes de sus amables consultantes. Esta semana, me ha escrito Jaime, quien luego de agradecer mi dedicación a este apostolado del consultorio sentimental, pasa a relatarme sus cuitas. Angustiado, me cuenta que no tiene suerte, que nada le resulta bien. Al parecer, la vida le ha deparado siempre espejos rotos y gatos negros. Nunca ha ganado ni una canasta de mercadería en un sorteo, me dice. Pero lo que más le preocupa es haber comenzado a observar que sus amigos lo esquivan, o se tocan partes del cuerpo cuando lo ven llegar. Todo le indica que suponen que él podría ser portador de malos augurios o para decirlo llanamente: que es yeta.
Apreciado Jaime, sepa que hoy termina su mala racha, en este momento pasa a ser usted el afortunado destinatario de un inspirador relato. Le voy a contar una historia donde el destino de una mujer se entrelaza con la magia de una canción. Esa mujer es la espléndida cantante italiana Mia Martini, a quien la providencia no siempre le mostró su rostro más favorable, y por ese motivo la traigo a colación.
Doménica Rita Adriana Berté, el nombre con que la llamaron sus padres, vino al mundo en 1947, en Reggio Calabria. Desde muy chica, Doménica o Mimí, como la apodaban, demostró un gran talento para el canto. Junto a su hermana Loredana participaban en la Sociedad Italiana de Autores, Compositores e Intérpretes. Mimí comenzó cantando jazz en bares y no le iba mal, hasta que a sus 22 años tuvo un traspié, ya que fue encarcelada durante cuatro meses por posesión de un cigarrillo de marihuana. Cuando obtuvo la libertad, un productor le sugirió cambiarse el seudónimo artístico quizás para propiciar un nuevo comienzo. Ya como Mia Martini, el nuevo nombre elegido, grabó su primer disco Oltre la colina (Más allá de la colina), que fue un éxito de ventas para la época.
Mia recorrió festivales y toda Europa la amó. Pero un suceso lamentable, en los años 80, empañó su carrera. Al término de un show los músicos de su banda sufrieron un accidente y todos ellos murieron. A partir de ese episodio, se empezó a decir en el ambiente que Mia traía mala suerte. La cantante cayó en una profunda depresión a causa del malicioso rumor. Parte de la prensa y del medio artístico la perjudicaron con estas habladurías y Mia perdió contratos y presentaciones. A pesar de todo, la cantante se presentó en el Festival de San Remo en 1982 y aunque no ganó, recibió el primer premio de la Crítica.
Para desmentir a los malintencionados y envidiosos, Mia era una estrella destinada a brillar, y como tal había una canción que, literalmente, la estaba esperando. Almeno tu nell´universo (Al menos tú en el universo) había sido compuesta muchos años antes, exclusivamente para ella. El creador de la música fue el compositor italiano Maurizio Fabrizio; y Bruno Lauzi, el autor de la letra. Ambos querían que Mia grabara la canción. De hecho, la letra pide ser interpretada por una mujer, ya que si se cambian algunos versos para que la cante un hombre se pierde la rima.
Finalmente, en 1989, en San Remo, Mia canta por primera vez Almeno tu nell’universo. A los pocos minutos de iniciar su interpretación, inolvidable para el público italiano, los espectadores advirtieron que se trataba de un verdadero renacimiento artístico para ella. Con esta canción volvió a ganar el premio de la Crítica en el Festival (hoy este galardón de San Remo lleva el nombre de Mia Martini, en su honor) y cuando se grabó, resultó un gran éxito. El talento vocal de Mia aporta el merecido brillo a las estrofas, ya que no se trata de una clásica canción de amor, sino que encierra una consideración hacia la sociedad contemporánea, sus contrariedades, sus inconsistencias y la falta de compromiso en las relaciones.
Solo me resta, Jaime, lectores, invitarlos a buscar los videos de Mia en San Remo y disfrutarlos.
Hasta la próxima,
Agalina.
