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Juanjo Velásquez, del Solar

lunes 13 de septiembre de 2021
Juanjo Velásquez, del Solar

“Cerré los ojos en el avión que partía a Cuba

y me juré matarme estudiando hasta lograr mi sueño” dijo. Y lo logró.

 

Su canción “Basta de problemas” ya cuenta con más de 60 mil reproducciones en YouTube. Compartió escenario -y hasta proyectos- con Silvio Rodríguez, La Franela, Bersuit Vergarabat, Rally Barrionuevo. Hace poco, tocó frente al presidente de la Nación, Alberto Fernández. Musicaliza el programa Mañanas Sylvestre de Radio 10, produce con Del Solar y gira por América Latina con Murumba, su banda. Nació en Comodoro, creció en el barrio Ceferino Namuncurá y hoy trabaja de productor y músico en Buenos Aires.

 

A muchos les pasa de chicos, a otros de grandes ¿Vos cuándo te diste cuenta de que querías dedicarte a la música?

Desde chico. La primera vez que algo me llamó la atención fue la guitarra, cuando iba a la iglesia del barrio donde nací, el Ceferino. Iba a misa, a lo de mi abuela y después la típica juntada familiar de los domingos. Había unos chicos que tocaban guitarra en la iglesia y me maravillaba eso. Me maravilló cómo sonaba y ya después no pude despegarme nunca más. Toco desde los 8 años.

 

En una entrevista dijiste: “Cerré los ojos en el avión que partía a Cuba y me juré matarme estudiando hasta lograr mi sueño” ¿Qué pasaba en ese momento?

En ese momento yo vivía acá en Buenos Aires, trabajaba en relación de dependencia, y me echaron. Me echaban de todos los lugares que trabajaba en relación de dependencia. En ese momento mis viejos me dieron una ayuda, me dijeron que ellos se daban cuenta que lo único que yo nunca había dejado de hacer desde chiquito había sido tocar la guitarra. El resto: las dejaba, empezaba, las dejaba. Ellos se daban cuenta de eso, entonces me apoyaron, me ayudaron con un dinero y me dijeron: “Bueno, andate a estudiar”. Yo tenía ganas de irme a estudiar a Cuba en ese momento, porque había visto bandas cubanas que tenían una preparación técnica y una calidad de interpretación excelsa . Antes de salir en el avión de acá me juré por mí, por mi futuro, estudiar muchísimo, ya que tenía la posibilidad de sólo dedicarme a estudiar, me juré eso, matarme estudiando para lograr lo que soñaba, que un poco es lo que vivo hoy.

 

¿Cómo fue el cambio de Comodoro a Buenos Aires y después de Buenos Aires a Cuba? Porque son tres escenarios completamente distintos.

Sí, imaginate. Yo me crié en Comodoro y viví hasta los 18 años de una manera muy libre, conocía a todo el mundo y tenía el sueño de la música que me gustaba pero, por ahí en Comodoro capaz uno no tiene, o por ahí en ese momento había menos circulación de información. Yo tenía el sueño como otros amigos del momento de hacer música y vivir de la música, pero siempre estuvo eso de venir a Buenos Aires. El tema fue que cuando vine a Buenos Aires, en Comodoro no sé, si éramos 20 guitarristas, acá en Buenos Aires éramos 10.000. O sea que las posibilidades de concretar algún objetivo artístico acá se hace bastante más extenso. Te dicen: “¿Vos sos guitarrista? Bueno, ponete en la fila” y 700 adelante tuyo’. Entonces eso quizás también hace que si uno quiere cumplir su objetivo de llegar a trabajar en instancias más profesionales tiene que esmerarse muchísimo.

 

¿Y qué pasó en Cuba? ¿Cómo fue el cambio de Buenos Aires a Cuba?

Yo iba con la idea de perfeccionarme. Resulta que cuando llegué el nivel de exigencia técnica en el estudio era altísimo, pero altísimo, altísimo. Al principio pensé que iba a ser una capacitación de unos meses, me encontré con Julito, un músico que en ese momento tocaba en Afrocuba, que era una banda que acompañaba a Silvio Rodríguez, y me dijo que yo tenía muy buenas ideas pero que no tenía técnica para tocar. Era algo que nunca me lo habían dicho a mí en Buenos Aires. Entonces empecé a trabajar la cuestión técnica a un nivel bastante más exigente en todo, en estudios de armonía, de entrenamiento rítmico, de orquestación, del bajo y demás. La experiencia fue muy buena, el nivel de exigencia en el estudio es muy, muy alto y pude aprovecharlo.

 

Compartiste escenario -y hasta proyectos- con Silvio Rodríguez, La Franela, Bersuit Vergarabat, Rally Barrionuevo, el Chaqueño Palavecino y muchos más ¿Tenés alguna anécdota favorita?

Un montón -risas-. Tengo un montón que son súper valiosas pero por ejemplo, con La Franela trabajo porque Piti, el cantante, que era el guitarrista de Los Piojos, es muy amigo mío. Anécdotas por ejemplo, tocar con La Franela en Plaza de Mayo, delante de muchísima gente y escucharlos cantar las canciones de una manera muy fuerte. O sea las anécdotas son de escenarios muy grandes, muy emotivos, de mucha adrenalina. Tengo un montón de anécdotas, hasta cómo conocí a los chicos de Los Piojos, que después fui invitado a shows con ellos. Cuando toqué con León Gieco también, un montón de cosas que viví. No sé si tengo una anécdota que me represente a mí, tendría que contarte un montón -risas-. Trabajar con León Gieco, con los chicos de la Bomba de Tiempo, con La Franela, compartir con los chicos de Los Piojos, con los chicos de Bersuit, por eso son un montón, con todos tengo algo que es súper valioso compartir. Con los Fattoruso de Uruguay también.

 

¿Cómo empezó Murumba?

Murumba empezó en el año 2006, y fue porque yo en ese momento viajaba mucho, giraba mucho, tocando folclore. En ese momento trabajaba con una persona muy conocida, que es Mariana Carrizo, que yo grabé los bajos del disco “Coplas de Sangre” que en el 2009 quedó ternado en los premios Gardel como Mejor Disco de Folclore. Compartí escenario con todos los que nombraste antes y más también. Y en un momento como yo estudié música en Cuba, me surgió un trabajo en Iguazú con una banda de músicos cubanos. Fue en el Año Nuevo del 2005 al 2006 y de ahí surgió la idea de armar una banda, pero porque yo lo que quería era divertirme un rato digamos, como recrear lo que yo había vivido en Cuba. Y nació así Murumba. Nació como una banda para recrear canciones cubanas y divertirnos un rato y poder trabajar. Lo que nunca me imaginé es que de a poco con el tiempo, iba a tomar las direcciones que fue tomando. Cuando empezamos a hacer nuestras canciones propias, fue como que de a poco, nos llevó incluso a tocar con Silvio Rodríguez. Para mí eso es algo que tiene un valor enorme, porque no es que me llamaron porque yo hago covers de Silvio Rodríguez, sino que me llamaron por nuestras canciones.

 

¿Y cómo surgió Del Solar Producciones?

Del Solar le puse porque en Cuba están los que se llaman los solares, que son como acá los conventillos. Me pasó de estar en muchos solares, o sea en muchos conventillos. Tiene una característica especial: uno abre la puerta de su casa y se ve con todos los vecinos. Creo que uno tiene que tomar una actitud si quiere pasarla bien, de un lugar positivo en la comunicación, si no terminás no bancando a nadie. Y creo que eso un poco llevado al arte, eso es lo que hago en las mis producciones. Siempre se caracterizan por tener buena energía con la gente, un buen trato, riqueza artística, esa calidez de trato que hay que tener cuando uno quiere que las cosas salgan bien. Así que por eso, es medio una metáfora Del Solar. Y después con las producciones, con los años de hacer música, yo me dedico a producir discos. Hay cosas que por ahí pueden tener cierta ayuda o cierta perspectiva, para tener la posibilidad de entregar un buen material artístico como para que pueda ponerse al lado de cualquier obra nacional o internacional.

 

La semana pasada te vimos en una foto saludando al presidente Alberto Fernández ¿Cuál es la historia detrás de esa foto?

Hace más o menos una semana, me llamó el productor ejecutivo del Gato Sylvestre porque, por los 101 años de la radio, se hacía un programa especial desde la cúpula del CCK. Ellos querían que, como yo le hago la producción musical al programa del Gato, vayamos a tocar con mi banda, las canciones en vivo ahí y montar un escenario. Fue una producción muy, muy grande donde participó el Ministerio de Cultura, el CCK y Radio 10. Fue una mega producción, había veintipico de productores, camarógrafos, todo para hacer una transmisión especial de Mañana Sylvestre y de toda la programación de Radio 10 desde el CCK. Para nosotros fue muy lindo porque es el programa casi más escuchado en ese horario de la radio argentina, y porque también nos invitaron a ser parte de algo muy grande, que es un solo programa, que se hace desde el CCK y en ese programa estuvieron los chicos de La Mancha de Rolando, los chicos de Ráfaga, de artistas bastante conocidos. Entonces fuimos ahí a tocar y quizás hasta en un lugar de privilegio, porque la cortina que usa el Gato Sylvestre todos los días, la que abre el programa y la cortina de las 8 de la mañana, la cortina de las 6 la compuse yo y la de las 8 la compusimos con Vito, que es una artista compositora, con la que trabajo. Entonces fuimos e hicimos música en vivo. El presidente no había confirmado su visita pero al final se dio la casualidad, de que justo pudo ir en el momento que íbamos a tocar. De pronto estábamos nosotros pasando el tema y viene el productor y me dice: “Juanjo, viene el presidente”. ”¿Cómo?” y cuando levanté la vista ya estaba viniendo. Y lo que me llamó la atención y algo que me gustaría destacar es que él iba caminando hasta el estudio, que estaba armado en la cúpula del CCK, y cuando nos vio con los instrumentos, él sólo se desvió para nosotros. Y vino, saludó a mis hijos, saludó a Vito y me saludó a mí, y la verdad que muy cordial, muy amable. Y después se quedó escuchando la canción que hicimos, aplaudió muchísimo, le encantó. El Gato Sylvestre nos presentó también. Muy amable y muy cordial. Es una linda anécdota, porque lo conocí en un lugar que es lo que yo hago siempre, que es hacer música. No todos los días uno tiene la oportunidad de compartir así, y dentro de un evento tan grande.

 

¿Qué es lo que más extrañás de Comodoro? ¿Qué llevás siempre con vos?

El mar. Hice una canción que se llama El mar, y en parte es por Comodoro. ¿Qué extraño? Extraño eso, la sencillez de Comodoro, mis raíces, gente que me conoce a mí desde chiquito, porque acá la gente me conoce desde otro lugar, como músico, como productor, y allá mis amigos que iban conmigo a la escuela o los familares, es otro trato. Extraño mucho eso. Tengo muchas ganas de ir a compartir.

 

Siempre pedimos consejos porque siempre viene bien aprender de la experiencia de los demás ¿Qué le dirías a los músicos independientes de Comodoro y la Patagonia?

Que en el momento que tengan ganas de tocar la guitarra, el bajo, la batería, que lo hagan, y que lo hagan todos los días, lo que más puedan. Esto es como todo, uno mejora en la medida en que está más tiempo con su instrumento y que le dedica todo. Con todo el amor, con toda la dedicación, siendo curiosos, siendo humildes, siempre preguntando lo que uno no sepa, lo pregunta y de a poco cuando vayas viendo los logros, eso va a marcar la pauta que la humildad es lo que uno nunca puede perder para poder seguir creciendo.

Los que llegan son los que se sostienen en base a tener buenos valores, a ser respetuosos, a cumplir la palabra y a respetar al otro. Porque después gente talentosa hay un montón, por algo no llegan todos. Entonces para mí está bueno ver esas cosas, y está bueno tener la posibilidad de trabajar con figuras así, porque ahí es cuando uno se da cuenta que ese es el camino. Porque donde uno cree que ya se las sabe todas, en ese mismo momento te cavaste la tumba. Es así, yo he trabajado con ingenieros a nivel internacional, uno que trabaja conmigo, Carlos Laurenz, que trabajo con él y es un gran amigo mío, tenemos una relación de amistad y me respeta muchísimo como productor, Carlos tiene tres Grammys y si vos hablas con él, la humildad que tiene siempre, el respeto. Entonces para mí esa es un poco la guía, para poder seguir creciendo.

He visto bandas que invierten un montón de plata y después pueden hacer cosas pero se quedan en la región. Si vos querés hacer algo para llegar a nivel nacional, necesitás un productor. Un resumen de eso es que Los Beatles hicieron su primer demo con productor. En Comodoro hay un talento tremendo, pero muchas cosas por ahí quedan ahí en la región sólo porque se producen de una manera que capaz, no está explotada en su totalidad la obra. El aspecto técnico aplicado a la obra capaz que no la potencia de manera tal.

El último disco de La Franela, De Palabras, toda la preproducción la hicimos Piti y yo. ¿Sabés cuánto duró la preproducción de ese disco? Un año y medio. Para que después la producción del disco como tal durase entre 6 y 8 meses. Para hacer un disco grande, y estamos hablando de Piti que tiene muchos discos grandes y hits encima, así y todo el disco se trabajó durante un año y medio, previamente, antes de entrar a la producción del disco. Para dimensionar la importancia del trabajo de preproducción y del trabajo de todas las canciones.

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