El Día del Amigo logró celebrarse “como si fuera un fin de semana”

Con el debido respeto a los protocolos vigentes, los bares y cervecerías de la ciudad fueron los lugares elegidos para encontrarse y celebrar el Día del Amigo el mismo 20 de julio, pese a que muchos lo hicieron el fin de semana pasado pero, en definitiva, la jornada se transformó en la excusa para repetir encuentros o, en muchos casos, para volverse a encontrar “presencialmente”, entre quienes sin olvidar los mensajes no se veían personalmente desde hace un par de meses.

En algunos casos y debido a las condiciones de los locales, apareció la “viveza argentina” y, como para evitar aglomeraciones, los dos o tres amigos que levantaron sus copas sumaron a los otros a través de fotos, dibujos o videollamadas pero, la cosa era “estar presente de alguna manera”.

El día -o la noche- tuvo un permiso especial para la celebración y pese al DNU provincial que fija horarios de apertura de locales o de tránsito de parroquianos hasta las doce de la noche, tuvo un permitido de dos horas más y los bares, restaurantes y cervecerías pudieron extender la atención hasta las 2 de la madrugada con lo que el martes Día del Amigo se vivió, y disfrutó, como su fuera una jornada de fin de semana.

Grupos de jóvenes, principalmente, fueron los que colmaron los espacios habilitados, logrando que salones que en los últimos meses se observaran casi vacíos, volvieran a colmarse de un público alegre, animado, risueño y con una mano levantada dispuesta al brindis, más que para el saludo a la distancia, lo que permitió que la ciudad retomara -circunstancial y momentáneamente- el movimiento habitual de otras épocas.

Si bien el cierre de nuestra edición era, anoche, un horario temprano para los encuentros, cabe destacar que el movimiento se notó desde temprano, tanto en las regalerías como en los mismos “boli