2021-11-15

Los secretos del abuelo

Estimados: una semana más, Agalina, al servicio del corazón atribulado, del espíritu acongojado, del prójimo que titubea ante oscuras encrucijadas existenciales. Este último es el caso de Sofía, en cuyo mail me interpela con una disyuntiva que se le ha presentado. Para entrar en tema, nuestra amiga consultante se remonta a sus épocas escolares, cuando sufría el maltrato de una compañera abusiva, que la ofendía y avergonzaba insistentemente frente a todos. Los chicles en el pelo, las burlas porque Sofía tartamudeaba, las rimas con su nombre, todo podría haber quedado en el olvido, como cosa de niñas. Sin embargo, Denise ha vuelta a aparecer.

Solo que las circunstancias han cambiado: la tal Denise ha ingresado a trabajar, a prueba, en la misma empresa donde Sofía tiene un alto cargo gerencial. Ahora, el dilema de nuestra amiga es el siguiente: ¿debería aprovechar su posición de poder para tomar venganza? o ¿debería perdonar a su ex compañera, ahora subalterna, quien repentinamente le ofrece su amistad?

Estimada Sofía, sepa que su conflicto despierta otro en mí: ¿le cuento una historia de venganza, que por cierto considero un condimento literario sabrosísimo? ¿O le transmito un ejemplo, más políticamente correcto, de reconciliación?

Ustedes, estimados lectores, ¿qué le aconsejarían? Pues, el azar ha elegido por mí, por la segunda opción, ya que hace poco leí acerca de un llamativo caso que me gustaría comentar aquí. La protagonista de mi relato de hoy es Silvia Foti, periodista, escritora y docente de origen lituano, radicada en EEUU. Foti es la nieta de un líder militar de Lituania, Jonás Noreika, reconocido por entregar heroicamente su vida en la rebelión lituana contra los soviéticos en 1947. A pesar de no haberlo conocido, Foti creció escuchando las historias familiares de sus hazañas en la Segunda Guerra Mundial. Ya de adulta, decidida a cumplir una promesa a su difunta madre, la escritora viajó a su país natal para investigar sobre la vida de su abuelo y escribir su biografía.

Visitando una de las tantas escuelas que llevan el nombre de Noreika, Silvia escuchó, por primera vez, los rumores acerca del pasado nazi de su abuelo. A partir de allí, superando la negación inicial y la desilusión, la escritora se propuso descubrir la verdad, al costo que fuera. Así fue que encontró evidencia abrumadora que la llevó a corroborar que efectivamente su abuelo había participado conscientemente de la matanza de miles de judíos.

Trece años de pesquisas, dos maestrías y sucesivas estadías en Europa, dieron como resultado un libro de casi 400 páginas que Foti tituló La nieta del Nazi. Allí narra en primera persona sus descubrimientos acerca de Jonás Noreika como autor intelectual de Holocausto en su país y también su propio proceso interno ante la revelación.

Actualmente la misma Silvia Foti, junto a los descendientes de las familias judías asesinadas por el régimen nazi en Lituania, hacen campaña para que se quiten de las listas de héroes a Noreika, puesto que en su país continúan sin admitir sus crímenes, a pesar de las numerosas pruebas. La comunidad judía lituana reconoce el valor de la escritora para enfrentar el pasado de su familia y su lucha por contar los hechos como sucedieron, aunque para ella significara un penoso hallazgo. Las víctimas lo sienten como un gran gesto de reconciliación. ¿Será que para hablar de perdón y lograr un verdaderamente apaciguamiento es necesario plantar primero la semilla de la verdad? Siendo fiel a mi estilo, no agrego más, y se lo dejo para que lo piense, querida Sofía.

Hasta la próxima,
Agalina.

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