Qué curiosidades resguarda la Capilla de Buffo, monumento al amor
Leonor Allende fue la primera periodista de Córdoba. Conoció a Guido Buffo, un creativo italiano que residía en el país. Se casaron y tuvieron una hija, Eleonora. La Capilla que construyó el hombre, así como las pinturas, mecanismos y secretos que allí colocó, dan cuenta de los años alegres y trágicos que les tocó atravesar como familia.
La Casa Museo y Capilla de Buffo es uno de los tesoros que se ocultan entre el sinfín de opciones del mapa escénico y cultural cordobés. La extraña silueta de esta construcción aparece ante quienes recorren la Reserva Los Quebrachitos, accesible vía Unquillo.
La singularidad del sitio radica tanto en su arquitectura como en los detalles que resguarda en su interior. Por dentro, se observa una serie de extraños mecanismos y vistosos murales que invitan a interiorizarse sobre quienes residían en torno al lugar.
La familia Buffo-Allende
Las figuras que ornamentan la Capilla de Buffo remiten a la familia que conformaban Leonor Allende, Guido Buffo y la hija de ambos, Eleonora. Eran artistas, gente creativa. Se dice que Leonor fue la primera periodista de Córdoba. Era poetisa, también.
Guido Buffo era italiano. Había llegado a la Argentina en 1910 para participar de una muestra por el centenario de la Revolución de Mayo. Exhibió su impronta a través de múltiples habilidades: era pintor, escultor, músico, astrónomo, filósofo y escritor, entre otras.
Cuentan en la zona que Guido y Leonor se conocieron un día lluvioso de 1914, en la redacción de La Voz del Interior. Se casaron poco después y fueron de luna de miel a Villa Don Bosco. Eleonora nació tres años más tarde.
Con el tiempo, ella también mostró habilidades como poetisa. En general, disfrutaron de algunos años sin mayores desafíos, hasta que más tarde les diagnosticaron tuberculosis tanto a la joven como a la mamá.
Tras la noticia, a Guido se le ocurrió construir una casa en la naturaleza para mejorar la calidad de vida de su familia. La levantó en un área próxima a Don Bosco, donde la pareja había pasado su luna de miel. Allí residieron un tiempo.
Luego, en 1931, murió Leonor. Diez años después, también falleció Eleonora. Al perderlas, Buffo construyó una cripta familiar. Además, en 1951, fundó el campamento Parque de Montaña Villa Leonor. Al final, donó todo al Estado, con fines culturales y educativos.
Qué hay en la Capilla de Buffo
La Capilla “Villa Leonor” se halla 35 escalones sobre la casa de veraneo de la familia. Se distingue por su cúpula con forma de ojiva. Por encima, completan el conjunto una escalera circular que lleva a un campanario y a una torre art decó de bordes dentados.
Las curiosidades se multiplican en su interior, donde Buffo instaló tres péndulos de Foucault, convirtiendo el sitio en un observatorio sísmico. Se trata del primero del mundo en su tipo con la capacidad de predecir sismos entre 48 y 72 horas antes de que ocurran.
En el piso se observan dibujos de nubes con incrustaciones que recrean la ubicación de las estrellas en el día en que murió la hija del matrimonio. Los frescos expresan las técnicas renacentistas que utilizó Buffo. La mayoría homenajea el amor y la maternidad.
Entre los dispositivos que diseñó, destaca un mecanismo que todos los 4 de marzo y 6 de septiembre, que son los aniversarios de las muertes de Leonor y Eleonora, permite según la fecha que la luz del sol alcance con mayor intensidad el retrato de una de ellas, un fenómeno que suele evocar asombro entre quienes presencian el emotivo evento.
Cómo llegar a la Capilla de Buffo
Se llega a la Capilla a través de la Ruta E53, tras recorrer unos 35 km desde la ciudad de Córdoba. Las reservas se realizan previamente, mediante los canales de información de Unquillo. Es posible comunicarse a los teléfonos 03543-483438 y +54 03543 15610255.
Las visitas se realizan de jueves a domingo entre las 9 y las 16. La entrada general tiene un costo de 500 pesos, mientras que los menores de 13 años tienen acceso gratuito. La tarifa para unquillenses, jubilados y estudiantes es de 200 pesos.
