El general San Martín estaría por volver
Luego de pasar por diferentes momentos de la historia argentina como uno de los próceres cuyas imágenes marcaron el reconocimiento visual de billetes moneda nacional -de diferentes valores de acuerdo a la época- José de San Martín podría volver a ser parte de la emisión de nuevos valores de papel moneda ya que, debido a la inflación sostenida, se haría necesaria agregar billetes de 2.000 y de 5.000 pesos.
La decisión, que se estaría analizando entre el Banco Central, el Ministerio de Economía y la Casa de la Moneda, tendrá un justificativo práctico dado la pérdida de valor de los billetes de 1.000 pesos que, a solo cinco años de su emisión, ha perdido significativamente su poder de compra pero, además de ello, reduciría el costo logístico que involucra el traslado, carga de cajeros o custodia de billetes, lo que se incrementa en proporción a la cantidad de unidades que se precisan y se utilizan para las actuales transacciones.
Con esa intención es que se trabaja en la posibilidad de nuevas denominaciones ante una necesidad práctica que no solo tiene que ver con el poder adquisitivo de nuevos valores sino que, además, permitiría sacar de circulación a los billetes de menor denominación, algunos de cuales y para la práctica comercial “ya no valen nada”.
Si bien la posibilidad continúa siendo “de estudio y análisis”, lo cierto es que la posibilidad prácticamente se ha transformado en una necesidad por la pérdida adquisitiva de los billetes en uso -incluido el actual y de mayor denominación, de 1.000 pesos- por lo que al menos en principio, el mercado necesitaría billetes de 2.000 y 5.000 pesos y en este último, es donde reaparecería la figura de José de San Martín.
Los billetes del general
Cabe destacar que la figura del prócer ha sido acuñada, tanto joven como anciano, en billetes de diferentes valores, pasando por los de 5, de 1.000 y hasta de 1.000.000 de pesos lo que, allá por el año 1981, lo convirtió en uno de los papeles moneda de más alta nominación en la historia argentina, impreso para hacer frente a una inflación que crecía un 1% diario y la desvalorización absoluta del resto de los billetes de circulación legal.
