Morfar, argentinos en Croacia

“Split y Comodoro no son tan disímiles” dice. Y sigue: “Tienen subidas y bajadas, a la orilla del mar y con vientos fuertes (en Split, solo en invierno afortunadamente). Son ciudades con una cantidad de habitantes parecidas que después de un tiempo te cruzas conocidos por la calle”. Santiago, pero vamos a decirle Sant, es Licenciado en Comunicación Social con orientación en Planificación (UNLP), cursó la Maestría en Administración de Organizaciones del Sector Cultural y Creativo (FCE-UBA). Co-fundó y dirigió el sello discográfico argentino Hitclub liderando las estrategias de comunicación y marketing, las relaciones con los artistas y la producción de eventos. Actualmente, gestiona contenidos digitales con su agencia The Inmediato, pero hoy no vamos a hablar de eso. Vamos a hablar con él sobre Morfar, el primer walk-in shop argentino en Croacia que co-creó y lleva adelante.

Primero lo primero, porque te catalogan de quilmeño. Naciste en Comodoro, viviste en La Plata ¿Cómo llegaste a Croacia?
Nací y me crié en Comodoro, estudié en la Universidad de La Plata y me fui a Croacia en el 2018 a través de Croaticum, un programa de becas para descendientes que otorga la Oficina para Croatas fuera de la República de Croacia. Estas becas incluyen clases de idioma, alojamiento y comida subsidiada y ayudas para resolver residencias y ciudadanías. Croacia actualmente tiene decrecimiento poblacional y este tipo de políticas públicas busca repatriar a descendientes que están desparramados por el mundo: Canadá, EEUU, Australia y Latinoamérica. Mi bisabuelo materno nació en Croacia y a sus 13 años emigró a Argentina en busca de oportunidades porque se estaban muriendo de hambre. Mi hermano Julián y yo –tercera generación croata– fuimos los primeros en volver y obtener la ciudadanía.

Podrías haber elegido cualquier ciudad de Europa ¿Por qué Split?
Mi primera idea era ir a Croacia, obtener la ciudadanía europea y después ir a vivir diferentes experiencias en ciudades como Amsterdam o Berlín. Una vez que conocí Split, nunca me pude despegar. Por una u otra razón siempre volvía y me quedaba. Split es una ciudad bellísima. Se fundó en 305 d.C. como el palacio de retiro de Diocleciano, el primer y único emperador romano en abdicar su puesto. Está a orillas del Mar Adriático que separa Croacia de Italia. Mar cristalino, celeste y super calmo. También Split es la capital de la región de dónde es mi familia y donde todavía tengo tías y primos. Mi apellido materno, Karaman, es muy conocido e incluso hay un cine y varias calles nombradas así. Split ya se siente un poco Comodoro, ciudad en la que me muevo sin mapa y tengo como un Google Street View mental. Obviamente, así como mi yo del pasado no esperaba que mi yo del presente viva en Croacia, no tengo ni idea dónde puede terminar mi yo del futuro. Sin dudas, Split es una buena ciudad para hacer base, preciosa, muy tranquila, segura y con aeropuerto internacional para estar en una hora en varias capitales europeas.

¿Qué es lo más difícil -y lo más fácil- de mudarse a otro país?
Para mí lo más difícil es estar lejos de las personas: la familia y los amigos de toda la vida. También es difícil el cambio cultural, las tradiciones, las comidas, la música, los lenguajes y todo lo que rodea a los seres humanos. Con el tiempo vas encontrando puntos en común, conociendo nuevas personas y haciendo pie en lo nuevo hasta que pasa a ser parte de vos.

Lo más fácil es sacarse ese chip de la inseguridad y del caos que se vive en Argentina. Volver a Buenos Aires después de haber vivido varios años en Split es desnaturalizar la violencia en el trato interpersonal. Siempre es un tema recurrente en las conversaciones con la gente lo mal que está todo y lo peor que va a ser mañana. Sacarme ese chip que mencionaba antes me permitió despejarme y concentrarme en otras cosas, soñar, creer y crear sin estar sentenciado a ese “fracaso” que se augura solo por vivir en un país complejo. El paraíso igualmente no existe y cada contexto tiene sus dificultades. Solo queda elegir las batallas que uno está dispuesto a pelear.

¿Cómo surgió Morfar?
Morfar (@morfar.hr) surgió con la nostalgia. Yo había vuelto a vivir a Split después de pasar la pandemia en Argentina y la novedad era que una pareja vendía empanadas por Instagram como @empanadasrosario.hr. Me acerqué como cliente y de a poco fuimos conversando más y más. Split es una ciudad estacional, como la Mar del Plata de Croacia, y cuando terminó el verano nos encontramos con menos trabajo. Yo estaba trabajando con mi agencia de marketing digital The Inmediato para varios restaurants que ahora habían cerrado. Ahora, esta pareja de rosarinos se me acercó como clientes para ver qué podíamos hacer para llevar el negocio un pasito más adelante. Luego de varias conversaciones, decidimos abrir la primera tienda argentina en Croacia inspirada en el lunfardo, en el fileteado porteño y en la argentinidad al palo. Ya pasaron 5 meses desde que Morfar abrió sus puertas y estamos muy contentos con todo lo que logramos: los argentinos que se sienten como en casa, los croatas que prueban y se hacen adictos a las empanadas y todos los que visitaron Argentina en algún momento y pueden volver a vivirla.

Inclusive fusionan la cocina croata y argentina ¿Cómo crean las recetas?
Es un secreto -risas-, las recetas clásicas vienen de nuestras familias y adaptadas a la calidad de los ingredientes que podemos conseguir cerca nuestro. La empanada es una comida super versatil y el desafío es crear rellenos inspirados en casi cualquier plato. Obviamente es algo nuevo y la cultura croata es muy tradicionalista. Ellos siempre hablan de las 1000 generaciones croatas y de su cultura se reproduciendo todo ese tiempo. Nosotros miramos alrededor y vemos qué es lo que consume la gente y lo adaptamos. Así creamos la empanada de ajvar, una salsa de la región de los Balcanes hecha con morrones y berenjenas. También estamos probando varios platos típicos croatas hechos empanada pero no voy a spoilear nada.

Yerba, chocotorta, chocolinas, galletitas, fernet con coca ¿consumen más argentinos que quieren sentirse como en casa o extranjeros que quieren viajar por un ratito?
Argentinos en su mayoría. Muchos argentinos que viven en Europa, que están en pareja con alguien de otro país y le quieren hacer probar nuestras tradiciones sin viajar 13.000 kilometros. De a poco y gracias a las excelentes reseñas que la gente nos deja en Google o Tripadvisor, cada vez más croatas y extranjeros en general se acercan a probar de qué se trata Argentina. A nosotros nos divierte muchísimo ese primer bocado, trago y las reacciones. Sin duda hay mucha explicación, educación, historias, pero hay un muy buen recibimiento y nos da mucho orgullo estar exportando esos sabores.

En Clarín, noticieros nacionales e internacionales ¿esperaban las repercusiones? ¿Qué tiene la comida argentina que genera tanto furor?
Obviamente cuando emprendés, querés que todos te conozcan para que te vaya lo mejor posible después de tanto esfuerzo y sacrificio para crearlo. No esperabamos estar saliendo en Clarín o en vivo en televisión nacional con tan poco tiempo de haber abierto. Creo que el máximo acierto fue cómo presentamos la comida, la identidad y el concepto de la marca, la decoración del local y el carisma en las redes sociales. Hay algo con la calidez y la buena onda argentina que contagia y es muy atractiva. También la gente que nos conoce sabe lo difícil que fue cada pequeño paso hasta lograr que Morfar sea realidad y eso también impulsa a compartirlo y que llegue lo más lejos posible. Agradecidísimos de cada cliente, de cada seguidor y cada persona que nos tira un poquito de aliento para seguir adelante.

“Emprender es sacrificar el hoy por el mañana y darlo todo por una idea. A mí lo que me hace laburar hasta el último minuto no es la plata o el reconocimiento sino la satisfacción de que esa idea que tuvimos funciona”. 

¿Cómo es emprender en Europa?
Lo más difícil es jugar de visitante y sobre todo cuando hay un idioma tan adverso como el croata. El emprendedor, en cualquier parte del mundo, tiene que tener una personalidad resolutiva, resiliente y de estar listo para todo. Yo siempre digo que emprender en Croacia es recibir un abrazo por cada 5 cachetazos. Una vez que llega el abrazo, todos los cachetazos duelen menos pero te los tenes que bancar. Nosotros a su vez emprendimos con monedas y así también vivíamos. Hay mucha gratitud en la austeridad. Como dice mi padre: “rico no es el que más tiene sino el que menos necesita”.
Emprender en Europa es vivir lo contrario de lo que se imagina la gente cuando te vas a Europa: que te vas a hacer la diferencia en euros. Emprender es laburar el doble por el salario mínimo pero sabiendo que es tuyo y que es tu futuro y el de toda la gente que es parte. Emprender es poner tus propias reglas del juego y, aunque capaz hoy pierdas jugandolo, con el tiempo vas a ser el mejor jugador. Emprender es sacrificar el hoy por el mañana y darlo todo por una idea. A mí lo que me hace laburar hasta el último minuto no es la plata o el reconocimiento sino la satisfacción de que esa idea que tuvimos funciona.

¿Qué es lo que más extrañás de Comodoro? ¿Y de Argentina?
La gente. Repito: familia y amigos. Las reuniones, los chistes, las juntadas, la calidez inmediata. Fuera de eso, también se extraña poder escaparse a la Cordillera y vivir la naturaleza o la ciudad increíble que nunca duerme que es Buenos Aires.
Split y Comodoro no son tan disímiles. Tienen subidas y bajadas, a la orilla del mar y con vientos fuertes (en Split, solo en invierno afortunadamente). Son ciudades con una cantidad de habitantes parecidas que después de un tiempo te cruzas conocidos por la calle. Un poco de encanto tiene cruzarte con gente en un día cualquiera y ponerse al día durante 2 minutos en la calle. Me gustan muchísimo las megalópolis como Buenos Aires o Berlín, pero para visitar y pasar un tiempo. Vivo muy acelerado y encuentro el equilibrio en ciudades donde se vive lento.

La Patagonia es una marca registrada ¿cómo nos ve el mundo? ¿nos contás que comentarios escuchaste?
Patagonia es una marca registrada literal y muy de moda en EEUU y Europa. Ves a mucha gente vistiendo el logo de Patagonia sin tener ni idea fuera de Google Images o algún documental. Yo siempre cuento que no soy de esa parte de Patagonia de lagos y montañas, soy del desierto, de la estepa, del acueducto de 200 km y de las únicas dos estaciones de servicio en los casi 400 km que conectan mi ciudad con la próxima ciudad al norte. Cuando me preguntan de dónde soy, generalmente aclaro de Patagonia Argentina porque si no se imaginan Buenos Aires y ahí les cuento que estamos a más de 2 horas en avión. Tenemos un mapa de Argentina en Morfar donde señalamos de dónde somos y lo distante que está todo. Muchísimos extranjeros vienen y se emocionan cuando les digo de dónde soy, de tan lejos. Creo que hay mucho de eso en nuestra identidad, de hacer mucho con poco, de tener que acelerar más cuando el viento pega de frente, de saber que si nosotros no nos sacrificamos, nadie va a venir a salvarnos. Agradecidísimo de haber nacido patagónico por todo lo que se aprende cerca del fin del mundo.
Sobre los planes futuros, Sant es contundente: “planeamos sobrevivir el invierno y así llegar a nuestro primer año de actividad. Luego prepararnos para la temporada de verano porque ya nos estamos haciendo un nombre. Los hostels, los hoteles, los guías y agencias de turismo, bares y restaurants nos conocen y nos recomiendan y creemos que el 2023 va a ser el año en el que Morfar despegue. Queremos estar preparados para lo mejor y para lo peor. Tenemos muchas ganas de llevar la comida argentina a otras ciudades de Croacia, los Balcanes y también Europe central u occidental asique #sevienencositas. El plan siempre es crecer, disfrutar y aprender”.