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Una mirada interna

“Que hagan cola los sueños queriendo ser soñados…”

La frase del título pertenece a Eduardo Galeano
lunes 19 de julio de 2021
“Que hagan cola los sueños queriendo ser soñados…”

¡Con cuánta exaltación de los ánimos se nutre la vidriera social donde se exhibe el hombre! Un ser agobiado por tanta vaciedad y sin sentido existencial, transitando un confuso y contradictorio día a día, copartícipe en la sumatoria de desesperanzas, eligiendo lo posible y esperando lo imposible, todo en el mismo aliento, haciendo rodar la noria de las circunstancias para tratar de obtener un poco de agua limpia de los oscuros pozos cotidianos, que calmen su sed de esperanza.
Es sabido que la sed física se calma con agua, pero un alma sedienta, deshidrata la existencia resecando la vida y transformando los sueños en un terreno yermo sin el fecundo riego de la ilusión y la confianza.
Será por eso que el poeta Rumi decía que “en el reino del alma hay cielos que dominan al cielo de este mundo…”
¡El reino del alma! Parecería que cada vez hay menos interesados en llegar a sus dominios… menos postulantes queriendo recorrer sus extensiones… menos candidatos para iniciar la excursión que conduzca -aunque más no sea- a las cercanías desde donde obtener -al menos- buena vista de su esencia.
Los nubarrones cotidianos, cada vez más densos y amenazantes, obligan a buscar refugio donde sea y como sea, ante la tormenta social que, claramente, evidencia no ser pasajera ni fecunda.
Lástima que los “escondites” nunca son lo seguro ni lo durable que uno creería, y la desesperanza siempre ronda recordando que vamos por la senda equivocada. ¿Y por qué vamos por la senda equivocada si los resultados saltan a la vista? ¿Por qué insistimos en los errores repitiéndolos hasta el hartazgo, si los pagamos, uno a uno, con los jirones de nuestra piel, embaldosando el camino de pesares con los que tropezamos una y otra vez cayendo con distintos resultados, ya que mientras algunos logran incorporarse con cierta dificultad, otros quedan tendidos en el camino sin posibilidad de levantarse?
¿Somos inconscientes por nacimiento, por convicción o por indefinición? Tal vez, la respuesta es que, precisamente, no somos. Y por eso nos sucede todo lo que acontece en nuestro camino social. Nos olvidamos de “ser” agobiados por el infausto e imperativo “parecer ser” con que la sociedad nos atosiga a diario. Siempre tratando de parecer lo que no somos: por soberbia, por ignorancia, por vergüenza. Y aunque no logremos convencer a nadie, terminamos convenciéndonos a nosotros mismos del papel que tratamos de interpretar y que nos va despersonalizando, alejándonos de nosotros mismos hasta que terminamos desconociéndonos.
Tal vez… un camino posible sea una cita con uno mismo, para iniciar el reencuentro con nuestra singularidad y nuestra esencia, con lo que somos y sentimos, sin intermediarios ni intérpretes exteriores. Sin mediadores oportunistas y descalificados que nos guíen hacia donde quieren que vayamos y no hacia donde necesitamos ir…
Tal vez, como decía Alfonso Milagro: “No es, pues, cuestión de verbos sino de adverbios: plenamente, cuidadosamente, más perfectamente. No es cuestión de más, sino de mejor”.
Si acordamos con esto, nos resultará inspirador el pensamiento de Jean Paul Sartre cuando afirmaba que: “Si te encuentras solo, cuando estás solo, estás en muy mala compañía”.
Habrá que trabajar ardua y sostenidamente en el proyecto tan personal como incuestionable del reencuentro con uno mismo, para valorarnos y, reconociéndonos, aceptar nuestras limitaciones liberando nuestras potencialidades, sostenidos en nuestro verdadero Ser.

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