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Creencias populares actuales: Seres Fantasmales

Por Alejandro Aguado / Texto e ilustración
lunes 17 de abril de 2023
Creencias populares actuales: Seres Fantasmales

Por toda la región abundan testimonios que registran la presencia de seres fantasmales, también conocidos como ánimas o simplemente como fantasmas. En general, los testimonios orales acerca de avistamientos suelen ser tomados en broma o como dichos de “viejos mentirosos o embusteros” (frase muy popular). Debido a ello, la mayoría de los que fueron testigos optan por contar sus experiencias sólo a allegados o gente de confianza. Sin embargo, al masificarse nuevas tecnologías tales como los teléfonos celulares, provistos de cámaras de fotos y de filmación, hoy muchos testimonios orales se respaldan con evidencias visuales. En su mayoría, por sus vestimentas, los denominados fantasmas suelen ser caracterizados como correspondientes a la sociedad occidental (de la década de 1890 en adelante) Correspondientes al período previo indígena, de miles de años, no suelen abundar, excepto aquellas manifestaciones provocadas al removerse tumbas indígenas Quien lo hace y se lleva restos de los sepultados a sus viviendas, comienza a ser hostigado por luces o a sufrir ruidos por las noches. Las manifestaciones cesan cuando se devuelven los restos a su tumba.

Por sólo citar algunos ejemplos de presencias fantasmales: en las instalaciones del casco de una estancia situada en la cara oeste de la sierra de San Bernardo, se suele ver a un paisano conduciendo una carretilla. Se comporta tal como si persistiera en la rutina diaria de sus labores camperas. En una de las estaciones de servicio de Sarmiento, desde hace décadas se observa el paso de fantasmas que van o vienen. En algunos casos también ingresaban a la vivienda donde provocaban ruidos y movían objetos. En equipos de perforación o pulling de la industria petrolera que se instalan temporalmente en cercanías del extinto pueblo Cañadón Lagarto (situado entre Comodoro Rivadavia y Sarmiento), para desconcierto de los operarios, suele aparecer por las noches un niño con vestimentas de los años ’20. Casualidad o no, en Cañadón Lagarto perdura un cementerio con cincuenta tumbas. Muchas de ellas albergan los restos de niños que murieron de enfermedades hoy prevenibles o curables. En la zona adyacente al curso inferior del río Chico del sur de Chubut, en Cerro Tacho, se suelen escuchar sonidos peculiares o voces, como así también se suele ver de cuerpo completo o de la cintura para arriba, a un paisano que viste bombachas negras, chaleco con lana de oveja, calzando alpargatas y portando boina vasca. Como regla general, dichas presencias generan miedo o desconcierto entre los testigos, pero no provocan daños ni agreden.

Diferente es la situación de los muy abundantes testimonios en el norte de la provincia de Santa Cruz. A grandes rasgos se los puede situar en el espacio comprendido entre las localidades de Jaramillo, Fits Roy y Pico Truncado y el valle del río Deseado, que se tiende inmediato y paralelo a dichas poblaciones. Allí los testigos coinciden en señalar el comportamiento de dichas manifestaciones como molestas, agresivas y violentas. Se dan casos, como en el de una estancia situada en el valle del Deseado, en que agreden a las personas arrojándoles objetos, piedras o impidiéndoles dormir. En una de esas localidades, en una antigua edificación utilizada como salón comunal, suele aparecer un hombre vestido de negro que inoportuna a los concurrentes. Coincidencia o no, se corresponde con una de las zonas donde en 1921 el ejército fusiló a cientos de huelguistas rurales.

Dichas presencias, de las que se podría enumerar muchísimos más ejemplos, podrán ser reales o no, pero los testimonios que dan cuenta de ellas abundan y se acrecientan desde hace décadas.

(Gracias a Gustavo González por sus aportes)

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