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Oliverio Girondo, el poeta vanguardista

A 131 años de su nacimiento y en el año del centenario de la publicación de su primer libro, “Veinte poemas para ser leídos en el tranvía”.
domingo 28 de agosto de 2022
Oliverio Girondo, el poeta vanguardista

Veinte poemas para ser leídos en el tranvía (al alcance de todos) se publicó en 1922. Allí el poeta realiza un recorrido por diferentes ciudades dejando sus impresiones a modo de diario pero no en un orden establecido. El procedimiento que predomina es el de la descripción mediante imágenes sensoriales. El poemario presenta una variedad de personajes arquetípicos de la vida moderna, entre otros elementos que hasta el momento no estaban presentes en el universo poético de la literatura argentina.
Oliverio Girondo nació el 17 de agosto de 1891 en la ciudad de Buenos Aires. Fue el menor de cinco hermanos de la adinerada familia de Juan Girondo Aramburu y Josefa Uriburu Arenales. Desde muy joven viajó seguido al continente europeo, donde estudió en un colegio inglés, en la ciudad de Epsom, condado de Surrey. Cursó sus estudios secundarios en el Instituto Libre de Segunda Enseñanza y en el Colegio Nacional Sud. En 1909 inició sus estudios de Derecho. Como condición para estudiar dicha carrera, Girondo solicitó a sus padres viajar asiduamente al viejo continente, para nutrirse de las nuevas corrientes artísticas. Entre 1915 y 1916 coescribió con Zapata Quesada las obras teatrales La madrastra y La comedia de todos los días. Solo la primera llegaría a estrenarse. Durante ese año recibió su título de abogado, profesión que jamás ejerció. Junto a Zapata Quesada y a Raúl Monsegur fundó el semanario Comœdia, que duró desde diciembre de ese año hasta abril del año siguiente.


Girondo frecuentaba las principales tertulias literarias de Buenos Aires, como la del Hotel París, donde se reunían los colaboradores de la revista Caras y Caretas, y en la que conoció al poeta Baldomero Fernández Moreno. En uno de sus viajes europeos conoció en Milán al pintor argentino Emilio Petorutti. En 1919 fundó con Ricardo Güiraldes y Evar Méndez la editorial Proa.
Durante 1920 y 1921 viajó por España, Francia, Italia, el norte de África y Brasil para escribir su primer libro, Veinte poemas para ser leídos en un tranvía, impreso en 1922 por Imprimerie Coulouma, en Argenteuil, región de la Isla de Francia. Las ilustraciones son del propio autor, que dedicó la obra al grupo de La Púa. Los Veinte poemas para ser leídos en el tranvía y Fervor de Buenos Aires, de Jorge Luis Borges, publicado al año siguiente, son consideradas las obras fundacionales de la literatura de vanguardia en Argentina.
En 1923 se publica en España su segundo poemario, Calcomanías, dedicado a España, con gran recepción allí y en Argentina. En 1926 Girondo participó del Primer Salón de Escritores organizado por Guillermo Korn desde la revista Valoraciones de La Plata. Allí exhibe seis acuarelas que son reproducidas junto a las obras remitidas por otros escritores como Güiraldes, Borges, Marechal, Cayetano Córdova Iturburu y Ricardo Molinari.

“Los Veinte poemas para ser leídos en el tranvía y Fervor de Buenos Aires, de Jorge Luis Borges, publicado al año siguiente, son consideradas las obras fundacionales de la literatura de vanguardia en Argentina”.

A su regreso, el autor se encargó de realizar una reestructuración de la obra Martín Fierro, presentando el célebre Manifiesto de Martín Fierro, redactado por él en la revista que llevaba el mismo nombre. Ese año participó de unas lecturas literarias por Radio Cultura junto a otros poetas martinfierristas como Leopoldo Marechal, Raúl González Tuñón, Jorge Luis Borges, Ricardo Güiraldes, Norah Lange y Alberto Hidalgo. En 1927, Girondo es incluido en la Exposición de la Actual Poesía Argentina (1922 - 1927), compilada por Pedro Juan Vignale y César Tiempo.
En 1932 se publicó Espantapájaros, un libro heterogéneo que contiene un caligrama, prosas poéticas y poemas en verso. Para promocionarlo, el poeta organizó el paseo por Buenos Aires de un coche fúnebre tirado por seis caballos, presidida por una réplica en papel maché del “académico” que el pintor José Bonomi dibujó para la portada del libro. Sus poemas se caracterizaban por la búsqueda incesante de nuevos ángulos desde donde abordar la realidad. En 1937 publicó el poemario Plenilunio y ese mismo año Interlunio, su única obra escrita en prosa de ficción con once aguafuertes ilustradas por Eneas Spilimbergo.
En 1939 fundó la Editorial Sudamericana S. A. junto a Victoria Ocampo, Antonio Santamarina, Eduardo J. Bullrich, Alejandro Shaw, Jacobo Saslavsky, Andrés Bausili, Alejandro Menéndez Behety, Carlos Meyer, Alfredo González Garaño, Tito Arata y Rafael Vehils.


Sus últimas obras fueron Persuasión de los días (1942), Campo nuestro (1946). En la masmédula se presentó en dos ediciones: 1953 y la segunda, extendida en 1956, con una nueva decena de poemas. Tres años más tarde, publicaría con el escritor Enrique Molina una traducción de Una temporada en el infierno, de Arthur Rimbaud.
En 1943 se casó con la también escritora Norah Lange, con quien estuvo durante diecisiete años de su vida. En 1961, Girondo sufrió un accidente automovilístico que lo dejó inválido. En 1962 grabó un disco en el que leyó veintitrés poemas de En la masmédula para una antología sonora dirigida por Arturo Cuadrado y Carlos Mazzanti.
Oliverio Girondo falleció el 24 de enero de 1967. Sus restos se encuentran en el Cementerio de la Recoleta.

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