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El impacto de la sequía y la falta de agua en los espacios verdes de Diadema

En Diadema, la problemática del agua también se hace presente. Vecinos de Km. 27 explicaron a Crónica cómo esta carencia afecta a los espacios más preciados del barrio, los espacios verdes.
lunes 24 de enero de 2022
El impacto de la sequía y la falta de  agua en los espacios verdes de Diadema
Espacio ubicado sobre la ruta y mantenido por los propios vecinos. En pleno verano, los árboles se encuentran secos a causa de la sequía y la falta de agua.
Espacio ubicado sobre la ruta y mantenido por los propios vecinos. En pleno verano, los árboles se encuentran secos a causa de la sequía y la falta de agua.

En días de altas temperaturas, el consumo se incrementa, las reservas descienden rápidamente y la presión de la red se hace insuficiente para que el agua ingrese a todos los tanques. Además, el uso de bombas domiciliarias también genera una complicación extra, según la Cooperativa de Diadema, ente que otorga el servicio. Ante este panorama, la naturaleza y los espacios verdes también sufren las consecuencias.

Nicolás Nafarrate, impulsor del actual Espacio Comunitario Aneley compartió su experiencia a Crónica sobre esta problemática. Aneley es un lugar puramente natural para compartir con familia y amigos. Asimismo, desde la Cooperativa de Diadema y los miembros del espacio comunitario apuestan a la plantación de árboles frutales. 

Hasta el día de hoy, se han plantado más de 350 árboles; el objetivo a futuro: que haya un parque de alimentos. Sin embargo, la crisis de la falta de agua impide esa misión. Por las altas temperaturas, la sequía y los cortes programados, el espacio perdió casi 60 árboles en el lapso de un mes. “La falta de agua hizo que no pueda regar todo el espacio verde como lo venía haciendo. Cada vez que iba, sacaba tres o cuatro árboles. De repente iba y sacaba una planta o arbusto que se había muerto”, lamentó Nicolás.

Asimismo, manifestó que “desde la Cooperativa de Diadema nos piden que hagamos uso racional del agua, que me parece algo lógico, pero por momentos siento que las restricciones tendrían que ser también para las empresas que consumen muchísima agua”.

Con respecto a esta problemática que no es novedad en Comodoro y la región, reflexionó: “Me parece que estamos atravesando un momento actual bastante complicado. Parece algo utópico, hablar del agua y de usarla con cuidado; de que no tenemos agua para bañarnos, ni para tomar”.

Nicolás, además dijo su opinión desde el lugar de participante activo en la Asamblea de “No a la mina” ya que siempre militó para proteger el agua y la tierra. “Es muy triste y me parece que este tipo de cosas que suceden, más con la naturaleza, nos abre la conciencia a los ciudadanos de Comodoro y de Chubut, a estar más conscientes, a estar más en lucha para pelear por nuestros recursos”.

El paisaje del Espacio Aneley ya no es el mismo que antes. En este contexto, confirmó que la huerta no pudo prosperar y todos los árboles frutales se quedaron truncos. “Cuesta mucho, considero que tiene que haber una acción real y pronto del gobierno provincial como municipal”. De esta manera, como una opción viable ante la escasez de agua, Nicolás sugiere que “se podría usar agua cloacal tratada, como hacen en otros lados, para regar todos los espacios verdes de la ciudad. Yo estoy en contacto con el municipio y también le he pedido ayuda con el tema de riego de los espacios verdes”, manifestó.

Por su parte Héctor Da Silva, nacido y criado en Diadema, contó a Crónica su experiencia y su día a día para mantener otro espacio natural del barrio que impulsaron los propios vecinos hace ya casi treinta años. Este espacio con árboles plantados por los mismos diademenses, solía ser verde, frondoso y vívido, sin embargo en pleno verano se tiñó de colores otoñales. “A esos árboles los plantamos ya hace tres décadas, con vecinos que están, otros ya no y algunos se mudaron. Yo me estaba haciendo cargo de regar pero tampoco tenemos agua” comentó.

Explicó que el sistema de riego es por goteo, pero por los cortes reiterados no llega el agua, sumado a que no existe un mantenimiento “porque las mangueras están todas rotas, en invierno, se congela el agua y se parten las mangueras. En verano hace mucho calor, así que las mangueras plásticas tienen infinidad de parches”, dijo.

Asimismo, Da Silva aclaró que se dirigió a la vecinal y a las autoridades de Covidiar para encontrar alguna solución ante este panorama. “Yo se lo planteé al presidente de Covidiar y me dijo que no tiene el recurso monetario ni la gente para hacer el mantenimiento de espacios verdes. Yo lo que pedía, es que venga un camión cisterna de la municipalidad y rieguen los árboles, por lo menos una vez por semana en lo posible” contó.

Agregó, “la verdad es que es una picardía que este espacio, como otros, se esté secando. Lo que hay es fuerza común de los vecinos. Yo cuido esta parte en frente de casa y cada vecino hace lo que puede. Pero yo tampoco me puedo hacer cargo de todo el espacio verde, hago lo que puedo. Me compré una manguera de 50 metros, entonces si no hay riego por goteo, por lo menos en la medida que largan el agua, la idea es poder regar desde casa, pero no hay caso. Con tal de que no se sequen los árboles, uno hace un esfuerzo”, concluyó. 

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