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Gladys Pellegrino, cantante popular

(Por Marcelo Melo) Vivió en Santa Cruz, Misiones y hoy reside en nuestra ciudad, en la que sedimenta su pasión por el canto y administra un espacio artístico: El Patio de Gladys.
lunes 29 de noviembre de 2021
Gladys Pellegrino, cantante popular

El mar, siempre el mar. Gladys Pellegrino nació en una ciudad de Santa Cruz, pegada al océano: Caleta Olivia. El contacto con nuestro protagonista marítimo, las playas de pedregullo, el ser caletense y estar ligada al accidente geográfico ribereño, le otorgó a Gladys el arraigo a la costa y ese espíritu de constante movimiento, de puro oleaje marino, de libertad.

Es hija de inmigrantes: Rodolfo y Mari. Un barco trajo a Mari desde España a nuestro país cuando era muy pequeña, luego de la Guerra Civil, cruzando por meses el Atlántico. Y Rodolfo decidió trabajar y vivir en la provincia, en el campamento de YPF. Allí, en Cañadón Seco la infancia transcurrió feliz. De él aprendió los primeros acordes y a cantar, pues creció junto a sus hermanos en una casa que tenía un tocadiscos y una guitarra.

Diversos motivos políticos dejan cesante a Rodolfo de su trabajo y la familia se muda a una casa en Vicente López. La adolescencia, la secundaria y el Conservatorio de guitarra, sellan su paso por Buenos Aires y tras el reintegro de Rodolfo a su trabajo, en unos años todos regresan al sur.

Fue a la Universidad de Comodoro Rivadavia, en nuestra ciudad vivió por espacio de cinco años, estudiando matemáticas y cantando, pero luego el amor la impulsó a viajar al otro extremo norte del país, a Misiones. Allí estudió la carrera de Educación Musical. Trabajando en una escuela rural formó un Coro de Niños, con el que realizó distintas presentaciones en la Tierra Colorada y en Tucumán.

Los ritmos litoraleños se apoderaron de su campo de expresión. “La música del Litoral es parte de mi corazón. Tres de mis cuatro hijos son misioneros y tengo dos nietas que viven en la selva. Con el tiempo regresé a la Patagonia y me instalé en Comodoro Rivadavia. Hoy me desempeño como docente de música de varias escuelas, además de dirigir el Coro de la Universidad Nacional de la Patagonia. Actualmente trabajo en el CUP y en el ISFD 806 colaborando con la formación de docentes” cuenta orgullosa a este diario.

 

¿Cómo fue evolucionando artísticamente en cada uno de esos escenarios y sus ritmos regionales?

La posibilidad de trabajar en Docencia Musical me permitió experimentar diferentes ritmos sobre todo del repertorio del Folclore Latinoamericano. El eje fuerte de mis clases es el canto. Encuentro en cantar, un modo de comunicar la esencia de la música. De sentirla. De vivirla. He dirigido coros, pero desde hace tres años comencé a componer mis propias canciones. En ellas, están muy presentes mis experiencias de vida. Lo que siento, lo que pienso. Y sobre todo, mi relación con el mar, al que siempre, siempre vuelvo”

 

¿Quiénes fueron influencias preponderantes en su carrera artística? Desde autores del folklore de la historia de nuestro país a músicos locales de cada uno de esos escenarios provinciales...

La música estuvo siempre presente en mi vida. De niña, y de la mano de mi padre, escuché jazz, tango, folclore, clásico. Viviendo mi adolescencia en Buenos Aires, el rock me sirvió para compartir fogones con mis queridos amigos.

La Patagonia, a la que amo profundamente, con sus hermosos ritmos variados, de la mano de Rubén Patagonia, Eduardo Guajardo, entre otros, me acompañaron cuando estaba lejos y extrañaba.

La música del litoral de la mano de Ramón Ayala, Teresa Parodi, El Chango Spasiuk, me hicieron vibrar al son de la Selva.

Las mujeres músicas de nuestro país y de Latinoamérica, siempre fueron un gran aporte en mis canciones: Mercedes Sosa, la Bruja Salguero, Violeta Parra, Marta Gomez, Lila Downs, Malena Muyala, Ana Prada, entre otros.

Cuando sale al recital con banda, hábleme de sus músicos, y si sale en solitario, sólo con el instrumento, en ambas situaciones ¿que le plantea el imaginario antes de salir y cómo resulta esa actuación ante el público presente?

“Gladys SEreMar” tiene su banda. A escena salgo con David Hernández (guitarra), Guiuli Quidel (bajo), Leonel Fernández (percusión) y yo en guitarra y voz.

Me atrapa mucho más el trabajo colectivo. Con la banda trabajamos los temas y es David Hernández, el que propone los arreglos. Pero, en algunas presentaciones, estoy sola con mi guitarra y, también, lo siento muy placentero. Cantar siempre me hace bien.

¿Cómo se le plantea crear el Patio de Gladys?, ¿cómo lo fue logrando?, sortear las puertas cerradas que impuso la pandemia y ¿cómo está funcionando?, ¿qué requiere un artista para presentarse en el mismo?.

El Patio de Gladys es un espacio creativo, que funciona como cualquier “patio”, en la idea de que allí: se puede jugar, descansar, crear, tomar energía, compartirse, disfrutar. No sólo porque como sitio físico lo aporta, sino también desde la construcción e ideología con la que fue creado.

El Patio de Gladys nació el 8 de marzo de este año, como necesidad de poder “encontrarnos” y compartir arte.

Desde el inicio, funcionó y coordiné un “Taller de Tejido”, todos los sábados de 10 a 12, en el que no sólo tejemos al crochet, sino también “se tejen historias, sentires y tramas que nos unen.”

Una vez por mes, coordino un “Taller de Canto Colectivo”, en el que se persigue escucharnos y poder comunicarnos con el sonido vocal, así como estamos, sin necesidad de tener formación musical. Es una actividad abierta para mayores de 15 años.

Venimos realizando funciones en las que, distintos artistas de la ciudad, han pasado a compartir sus obras. Desde distintos lenguajes artísticos (música, teatro, artes visuales, literatura). Nos encontramos una vez por mes y, allí, disfrutamos de un lindo momento, mientras degustamos del buffet que ofrece un menú casero y ricas bebidas. Ya pasaron por el Patio: Yoli Campos, Ulises Sarapura, Chica Zapatilla, Aurora Padín con Tati Trigo, Horacio Cocchiarella, Alejandro Plaza, Nicolás Nafarrate, Anto Peralta, Marco Vilches, Jorge Espíndola, Hector Allende, Pablito Lazki, la obra ‘Todo un Secreto’, Luz Casares, El Club del Sinte, Salchito, entre muchos otros. Y por supuesto, es un escenario donde cada tanto: se presenta Gladys SEreMar.

Desde el mes pasado, El Patio viene organizando ‘Feria de Diseñadores de Comodoro Rivadavia’, la primera fue todo un éxito.

Seguimos creciendo, en cuanto a quienes vienen a participar, como también a las propuestas que ofrecemos. Está abierto a quienes quieran ser parte y contarnos sus expectativas.

 

Nos han contado que ha forjado lo que se llama Bioconstrucción (construir con el barro), si es así, ¿Qué cualidades tiene para la altura e intensidad del sonido?

El espacio tiene un sector, que es donde está generalmente el escenario, hecho en Bioconstrucción, con la dirección de Pablito Lazki, arquitecto de profesión. Utilizamos materiales de la zona, arcilla y coirón de Caleta Córdova. Y, por supuesto, es un lugar muy propicio para el encuentro, por su acústica y clima reinante.

 

En materia de grabación, hábleme de sus discos, el repertorio que propone a la audiencia…

Además de ser la gestora del Espacio “El Patio de Gladys”, soy una cantautora Patagónica. Si bien, mi repertorio también incluye temas de otros compositores del cancionero latinoamericano, he creado mis composiciones, temas propios, algunos de ellos están contenidos en mi primer EP “SEreMar”. Si desean conocerlo, puede escucharse en todas las plataformas digitales.

 

¿Qué tiene por delante?, por lo menos para lo que le queda del año y los primeros meses del año venidero.

“Gladys SEreMar” se presentó durante este año en varios escenarios de la ciudad: El teatro de Astra, el Centro Cultural de esta ciudad, en el Centro Cultural de Rada Tilly, el Restopub Pepos, la Feria Itinerante y, por supuesto, en El Patio.

Hace unos días fui notificada: “tenemos el agrado de comunicarte que tu canción ‘Libertad’ fue seleccionada por el jurado de SADAIC, AADI Y SADEM, para participar de la Gala del Festival anual”. De esta manera, seguimos creciendo, y también en cuanto a quienes vienen a participar y las propuestas que ofrecemos. Está abierto a quienes quieran ser parte y contarnos sus expectativas. Así mismo, me presentaré en el Pre Cosquín (selección para el histórico festival que se desarrolla en la ciudad cordobesa), con un tema inédito, surgido de mi imaginario.

 

Por último, ¿continúa con la docencia?, ¿qué aspectos rescataría?, a la hora de formar a alguien…

Aún sigo trabajando en la ‘Educación Artística Musical’, en el CUP y en el ISFD 806. Como hacedora artística y musical creo que, el espacio del aula, es un lugar en el que hay que compartir, sobre todas las cosas, el amor por la música. He aprendido, y sigo aprendiendo mucho, de mis estudiantes. Los amo y ellos a mí. Saben de mi amor y respeto a la música. Creo que ese es el mejor legado que puedo dejarles, además de los saberes y conceptos que desarrollemos.

“Encuentro en cantar, un modo de comunicar la esencia de la música. De sentirla. De vivirla. He dirigido coros, pero desde hace tres años comencé a componer mis propias canciones. En ellas, están muy presentes mis experiencias de vida. Lo que siento, lo que pienso. Y sobre todo, mi relación con el mar, al que siempre, siempre vuelvo”.

 

En Kilómetro 8

El Patio de Gladys Pellegrino se sitúa en Zona Norte, en Kilómetro 8. Cuando se desea concurrir al mismo, hay que comunicarse al 2974112301, para asistir a los espectáculos y actividades, allí programadas. También a través de las redes Facebook, en la página “El Patio de Gladys. Arte y Ocio”.

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