Un recital muy charlado y con un invitado más que especial

Finalmente, el líder de Catupecu Machu Fernando Ruiz Díaz cantó sus creaciones en Comodoro. En el Teatro Español, sumó a Germán Daffunchio, cantante de Las Pelotas, que venía de actuar en Predio Ferial.

Vanthra es un grupo musical formado en 2017 por Fernando Ruiz Díaz, líder de Catupecu Machu, junto a Charlie Noguera, el trío lo completa Julián Gondell en batería y percusión. Editaron su disco homónimo en 2018. En abril de 2017, Catupecu Machu decide entrar en un parate de actividades por tiempo indeterminado y Fernando se aboca íntegramente a su nuevo proyecto. En agosto concretaron 11 canciones terminadas, para llevarlas a grabar al estudio Sonorámica, en Traslasierra, Córdoba.

La semana pasada​ Ruíz Díaz se despidió de todos sus compañeros, de ambas bandas, y se dirigió a nuestra ciudad, para meterse en el Teatro Español, el sábado, y dar un concierto muy intimista, en el que solo ocupó una banqueta, agarró una guitarra Fender, y dio un recital muy charlado, entre tema y tema, inició peleándose con el público por el uso de los teléfonos celulares, para luego narrar muchas anécdotas que emergen de su larga trayectoria profesional en los escenarios nacionales y del exterior. Pero el gran shock emotivo que vivió el público fue la presencia en el escenario español de otro “Héroe” con mayúsculas del rock argentino, tanto que fue guitarra de la histórica banda Sumo y hoy lidera Las Pelotas: sumó una sorpresa muy especial para el público que ama la historia de nuestro rock, que es muy rica (uno de sus héroes geniales está por cumplir 70 años, Charly García, pero ese es tema aparte), promediando la actuación Germán Daffunchio, cantante y guitarra de Las Pelotas, se sumó para interpretar tres canciones junto al “Catupecu man”. La banda del ex compañero de Luca Prodan, ocupó uno de los palcos del Teatro Español, venían de presentarse en el Predio Ferial, por la tarde, junto a otras bandas, de afuera y de aquí.

Fue un recital muy charlado entre canción y canción, y ya lo fue de entrada, cuando comenzó una disputa con el público por el uso de los celulares, pidiendo que los guarden, que no lo desconcentren con tantas fotos al mismo tiempo, en medio de una simple escenografía, en la que brilló el rojo en la iluminación y nada más. Después, sólo sus canciones dieron vida a un show que promedió las dos horas.

Ruiz Díaz arribó a Comodoro, en un año en el que volvió a experimentar con un viejo formato de guardar y grabar creaciones, lanzando oficialmente su disco en formato vinilo, siendo el único formato del disco completo disponible en ese momento, en el mismo día estrenan un EP titulado “Capítulo 1” con 5 temas de su disco, exclusivamente para las plataformas digitales de música. Pasado y presente en una misma jornada, lo que demuestra su pasión por experimentar. Cuestión que repitió en el Teatro Español, charlando y charlando con el público, modificando, en varias ocasiones, su forma de entonar, cantar sus universos creativos.

Un momento más que emotivo, fue cuando entonó una creación de un héroe del rock que falleció repentinamente. Con su banda Vanthra, a principios de 2019 graban una versión de “Ella vendrá”, canción de los años 80 compuesta por Palo Pandolfo en su “bandón” Don Cornelio y La Zona (luego crearía Los Visitantes, otro gran elenco). La canción surge a raíz de una invitación a Vanthra a tocar en los 20 años de los Premios Gardel, donde ejecutaron este tema junto a Palo. La canción fue un éxito radial y tuvo su videoclip donde participa Florencia Aracama, bailarina y performer del Cirque Du Soleil de Soda Stereo “Séptimo Día”.

Por último, en varios tramos del extenso concierto, recordó a su hermano, fallecido. Este recital se dio a quince años del accidente automovilístico que lo dejó postrado con serias lesiones cerebrales, el cuerpo de Gabriel Ruiz Díaz, eximio bajista, productor obsesivo y cofundador junto a su hermano del grupo Catupecu Machu, abandonó este mundo el día que nació un tal Luis Alberto Spinetta, fecha de cumpleaños de éste superhéroe que dio el amplio catálogo del rock “argento”.

“Si armara un guión de una biopic, con todo lo que me pasó en los meses antes de que Gaby partiera, me dirían que es demasiado exagerado, que nadie se lo va a creer”. A Fernando Ruiz Díaz se le hace un nudo en la garganta. Esa expresión de acero, de Terminator rockero, que lleva en su rostro desde hace unos cuantos años, se le desarma por unos segundos.

“Gaby era como si te dijera un prodigio, un pibe que empezó a armar rompecabezas antes de hablar y de muy chiquito leía de todo. Era un investigador. Un poco talento nato y otro poco porque mi viejo por ahí cuando cumplías 8 años te regalaba Discurso del método, de René Descartes. Un día él le sacó un libro a mi viejo y leyó algo sobre los viajes astrales. Se trataba, básicamente, de que tu alma saliera del cuerpo, como en las películas, en donde uno se puede mirar a sí mismo desde otra perspectiva. Él me decía que había empezado a practicar eso a los 12 años. Y cuando tenía 13 comprobé que era real, que lo estaba haciendo. Me acuerdo de que entré a la pieza que compartíamos y lo vi acostado y a pesar del ruido que hice ni movió un pelo. Lo empecé a tocar y no reaccionaba. Me pegué un julepe terrible y lo seguí sacudiendo hasta que en un momento se despabiló y me dijo: ‘Uf, estaba viajando, pero no podía volver’ comentó a un medio porteño.

Finalizando, dio algunas puntas de su tendencia a la hora de asumirse como rockero: “cuando estaba en la secundaria no estaba permitido escuchar Soda Stereo, Sumo y Los Fabulosos Cadillacs al mismo tiempo. Eras punk, heavy metal o rolinga. Mi tendencia siempre fue el punk: los Pistols, Ramones y The Clash. Tenía una amplitud importante. Si me preguntan por los grupos que más me impactaron eran todos muy disímiles: La Sobrecarga, Ratones Paranoicos, Soda, Sumo, Los Violadores. Nunca me encerré en una banda en particular”.