La hermandad titiritera latinoamericana

Hace poco presentábamos a Helvert Collantes, manipulador de muñecos local, refiriéndose a la influencia de la pandemia en las funciones y el trabajo de los titiriteros argentinos, entre ellos sus amigos misioneros Kossa Nostra. Hoy: es el turno de ellos.

(Por Marcelo Melo Trejo) La Garganta del Diablo es el atractivo natural más visitado del país, por pobladores del mundo entero. Punto culminante, de uno de los tantos recorridos que se bifurcan en las Cataratas del Iguazú, en Misiones, la provincia que se mete como cuña en el sur brasileño y sirve de frontera con el país vecino. Esto, en cuanto a poderío de la naturaleza, ahora, si hablamos del plano “Espectáculos”, uno de los lugares con mayor preponderancia en la ciudad, sin lugar a dudas, es La Cabaña de los Muñecos, en la que el reconocido grupo de teatro de muñecos Kossa Nostra hizo pie, montó sala, y hoy es visitada por miles y miles de turistas.

Hace poco, suplemento DOM de diario Crónica presentó a un amigo -y colega comodorense- del elenco misionero fundado por Marcelo Reynoso y Dany Duarte, al que hoy secunda Basko Ugalde, que además lleva las riendas del grupo Sakados del Tacho, en la Tierra Colorada. Se trataba de Helvert Collantes, quien ha construido amistad de colegas, ya que se han cruzado en festivales que dominan la escena latinoamericana, contaba cómo había influido la pandemia en la escena comodorense.

Ni lerdos ni perezosos, DOM convocó a Reynoso, líder del trío de jóvenes y osados titiriteros (reunidos a principios de los 90, en los Galpones del Puerto de Posadas), Kossa Nostra (tomado de cómo se caracteriza a la mafia siciliana), que ha recorrido un largo camino que sigue y no se pierde. En el trayecto ha convocado amigos, parientes, viejos y nuevos artistas, creadores y técnicos, que se sumaron para conformar una agrupación con intenciones más amplias que la inicial: la Cooperativa de Trabajo Artística y Cultural Kossa Nostra.

Junto a colegas aliados, y con la excusa de organizar el Festival Internacional de Títeres Kruvikas -desde 2003- una vez por año, construye divertidas fiestas populares, en las que la comunidad tiene la oportunidad de encontrarse con títeres y titiriteros llegados de diversos puntos del globo. “Entonces, se produce lindo desparramo de sonrisas y alegrías en la comarca. Los itinerantes artistas, últimamente, han encontrado su casa más frecuente en La Cabaña de los Muñecos en Puerto Iguazú, donde la Kossa Cooperativa a pleno, se explaya, divierte y produce objetos, momentos, arte y cultura para todos” comienza narrando Tuny Bóveda, ante el grabador de DOM.

La compañera de ruta, y manager todo terreno, narra que “ya no somos un trío, tampoco tan jóvenes. Pero lo mejor, es que ahora somos bastante más atrevidos, alimentamos la imprudencia de imaginar un mundo más copado y divertido, para todos”.

“Ayer tuvimos nuestra primera función de Julio, hicimos las burbujas, tuvimos que hacer muchas adaptaciones, por el tema de la pandemia. Fueron varios momentos, La Cabaña de los Muñecos comenzó a gestarse hace cuatro años, y fue construyéndose despacio. Cuando íbamos a largar la cuestión artística, siempre faltaba algo, el escenario, las luces, el sonido, etc, nos agarró la pandemia y estuvimos cerrados un año y medio, amén que los turistas no llegaban, Iguazú estuvo cerrado y no fuimos la excepción” desembuchó ante el micrófono de DOM, el artista mayor de Misiones, don Marcelo Reynoso.

Don Reynoso, llego a Usted, mencionado por su colega comodorense, Helvert Collantes…

Nos hemos cruzado en varios festivales, y tengo conocimiento de su gran aporte a la cultura del lugar, con el festival que él organiza, “Muñecos de Arena y Viento”. Sabemos lo que significa organizar estos encuentros, en los que se convive, se intercambia muchísimo, es cuando se crece a pasos agigantados. Uno, organizando, termina hecho trizas, pero la satisfacción del deber cumplido es tan grande, que por ello, es que nos empeñábamos en hacer el festival Kruvikas.

Referencias muy serias del señor Collantes y su festival, van a tener que invitarnos a la reunión del Golfo San Jorge, y nos vamos a empeñar en decir: ¡presente! Lo más al Sur, que hemos asistido, fue Neuquén, Caleta Olivia, y nuestra función más extrema fue en Ushuaia. La vida trashumante se retoma en algún momento, ahora estamos asentados en Puerto Iguazú, pero vamos a mover el carruaje nuevamente, y si nos invitan a Comodoro, iremos.

Antes de la pandemia, nos habían invitado a un festival en San Martín de los Andes, siempre hacemos giras, pero esta realidad llegó y trastocó todo.

Por suerte, el INT (Instituto Nacional del Teatro) sigue con los subsidios, ayuda mucho, más cuando mantienes una sala, con sus costos fijos, mes a mes. Pero, en cualquier momento, salimos nuevamente a la ruta”.

¿Cómo prevés las vacaciones de invierno en tu sala? ¿Cómo está influenciando la pandemia en el turismo?
Después de tanto tiempo, estamos tomando todas las medidas que son obligatorias, para evitar los contagios, y ayer (por el domingo pasado) largamos. Algo que íbamos a hacer hace poco más de un año y se inició la pandemia. Y bueno, abrimos con la primera función para estas vacaciones, que están un poquito más agitadas.

Venía muy poca gente, turistas, en plena pandemia, nos pedían que no nos juntemos y no íbamos a ir en contrasentido. Luego del último DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) en Misiones, se decidió abrir un poco más y nos dieron varios lugares para hacer función con los Kossa, por parte del Instituto Nacional del Teatro (INT). Todo julio con funciones al aire libre, nos brindaron material de sanitización, mucho alcohol en gel. También, agradecemos la mano que nos da Cultura, del municipio, que nos ayuda a bancar el patio que levantamos.

Además, el clima actual es muy bueno, colabora muchísimo.

¿Te fuiste definitivamente de Posadas? ¿Sólo trabajas en Iguazú?

Es otro momento de Kossa Nostra, el grupo tuvo varias historias, el proyecto con Dany Duarte, en un principio, viajamos por toda Latinoamérica, durante 12 años, hasta México. Paramos la pelota; nos quedamos en casa y, después, con Tuny creamos La Murga de la Estación, para más tarde crear este proyecto en Puerto Iguazú. Vamos y venimos a la capital, mi bunker de avenida Mitre, pero ahora todo en función de La Cabaña de los Muñecos, es el lugar. La gente ya lo hizo suyo, hablando de los turistas, que han empezado a llegar en masa, por las vacaciones.
Nos cruzamos con todos los actores de la cultura, el teatro, usamos el patio como sala, lo tenemos muy lindo y, esta época, siempre es la ideal, por el clima, nos mantenemos con mucho cuidado, lo que exige todo este panorama actual. Hemos abandonado las giras. Nos pusimos a pensar cómo sigue la cosa, con los Kossa. El presente nos tiene alimentando este proyecto (La Cabaña), me fui quedando cada vez más. A la par, seguimos con residencia en Posadas, estamos armando un equipo de técnicos y profesionales, somos una cooperativa cultural, la participación de mis hijos Dante y Malena, pero la Pandemia cambió las reglas de juego, y vamos con Rita, con quien hacemos un espectáculo rejunte, “Kruvikas del Krúvikas”.

Como buen productor que sos, además, ¿cómo imaginas el futuro del mundo del espectáculo, siempre asediado por pandemias, y las futuras calamidades que vendrán?…

Uno cruza los dedos, por lo menos, para que nos saquemos de encima la que estamos viviendo, la que tenemos arriba. Entras en pánico, pensando que vamos a vivir de pandemia en pandemia, porque hemos sido nosotros los autores.

Pero el teatro es presencial, hemos investigado otras plataformas, como el streaming, filmarse, pero siempre necesitas espectadores.

Lo presencial siempre va a ser necesario, menos capacidad de gente, menos butacas, más espacio entre ellas, actores frente a espectadores, el barbijo que viene a quedarse. Se transformarán algunas reglas de juego, lamentablemente. Las campañas de vacunación año a año, pero tenemos que hacernos cargo que es obra humana, salió de un laboratorio.