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La primera comodorense en representar al país en el Mundial de Kickboxing

Pierina Segura, pura garra

martes 20 de julio de 2021
Pierina Segura, pura garra

Pierina solo piensa en el Mundial. Y con mucha razón. La llamaron la única mujer que vive del kickboxing en Comodoro y Rada Tilly. Ahora, representará a la ciudad, la región y el país en el Mundial de Kickboxing en El Cairo, Egipto, pero mejor que lo cuente ella. Hoy conocemos la historia, la garra y la pasión de Pierina Segura.

¿Cuándo comenzaste con el kickboxing?

Comencé cuando tenía 18 años, en el 2005 más o menos, a entrenar nomás, solamente a entrenar. Y a competir, más o menos mi primera pelea de kickboxing fue a los 21 porque antes hice boxeo amateur. Tuve un par de peleas de boxeo, como antes no había kickboxing para competir y eso dije: “Perfecciono las manos y hago un poco de boxeo”. Y bueno me subí al ring haciendo boxeo. Así empezó mi historia. Estuve acá compitiendo como podía porque como no había chicas ni había muchas competencias en esa época tenían que traer de Buenos Aires y dije: “Bueno, voy a probar, me voy a Buenos Aires, compito todo lo que pueda competir, entreno todo lo que pueda entrenar y aprender” y estuve 5 años allá. Ahí es donde me cambié de escuela, me fui con Cristian Bosch y pelié un poquito más y más seguido.

Dicen que sos la única mujer que vive del kickboxing en Comodoro y Rada Tilly, ¿Cómo es?

Entreno muy temprano porque después tengo que dar muchas clases durante el día, como verás el profe siempre tiene que ganarse el pan día a día. Porque hay días que hay más trabajo y otros días que hay menos, o meses y meses, según la temporada y la época del año. Me levanto muy temprano, voy a entrenar, doy algunas clases personalizadas y después arranco con las clases grupales y también meto un turno de físico, o sea que hago dos turnos por día de entrenamiento. Así que bastante movidito porque encima las clases no es que yo me quedo quieta y digo: “Bueno, hagan”. Tenés que mostrar, tenés que estar, tenés que hablarle a los chicos, no a todos les llegás igual. Yo doy clases desde los 20 años o sea, ya tengo 33 años, así que ya voy más o menos 15 años trabajando acá y no a todas las personas llegás igual, no todas las personas aprenden igual ni te enseñan igual. Con todos estas aprendiendo todo el tiempo y eso es muy lindo, muy satisfactorio y la verdad que me llena mucho más que, qué sé yo, estar en un trabajo en una oficina y que sea todo más fácil. Tenés ahí un descanso más y después te vas a entrenar y cambia pero estar dando clases y entrenando y demás, te dispone de otra energía.

¿Qué encontrás en el kickboxing? ¿Qué es lo que más te gusta?

Es un deporte muy intenso, es un deporte intenso, completo, en muchos sentidos, tanto físicos como mentales. Para mí es un cable a tierra la verdad, si yo no entreno en una semana, ahí ya estoy medio loca -risas-. Me peleo con medio mundo porque no tengo la descarga esa de intensidad que tiene el deporte -risas-. Libera mucho el estrés, aumenta la autoestima, te hace sentir más segura, tanto en la calle como uno mismo. Después todo lo que es físico es muy completo. Imaginate que es una combinación de puños con patadas y en un round de 3 minutos que se entrena. Así que el músculo crece o bajás de peso rápido, depende del plan de alimentación que tengas también y del objetivo que tengas. Podes hacerlo recreativo o podes hacerlo competitivo, en eso no hay problema.

¿Hay límite de edad?

No, ahora por suerte se abrió un poco más. Antes era como muy acortado, pero ahora no, como hay mayor cantidad de peleadoras, eso está bueno, porque después de los 35 peleás con gente de 35 y hay peleadoras de alto nivel grandes entonces eso está bueno. Cosa que por ahí antes peleaba cualquiera con cualquiera. Es más, yo a veces hasta regalé 10 kilos para poder subirme al ring. Digamos que regalé 10 kilos porque es un deporte de pesaje, de peso. Entonces tenés que cumplir primero con el peso, después con la cantidad de peleas, para que sea de igual a igual, vos tenés que medirte en el ring con alguien muy parecido a vos, eso lo hace más emocionante.

Y también te mudaste a Buenos Aires, ¿Cuándo decidiste volver?

A los 30, me pegaron al pecho -risas-. Fue como una frontal así boom, al pecho. Dije: “Ya no soy una nena, no tengo veinti…” y yo siempre tiré para mi tierra, para mis raíces, yo me siento acá digamos. Me siento en el sentir del ser. Me encanta ir a la playa, me encanta ir a correr al cerro, me encanta la gente de acá. Yo tengo a mi familia, tengo un par de amigos. Mis alumnos ahora, porque hace 3 años que estoy dando clases, y me encanta, y tienen esa calidez, de hogar, o sea yo soy de Comodoro, de Chubut. Entonces estar allá sí, te sirve. Buenos Aires, la gran ciudad, tenés todo a mano, pero no quería echar raíces allá. Quería estar acá en mi tierra.

¿Y cómo fue volver?

Y costó, costó un poco. Porque viste que el que se va, después cuando vuelve, es raro igual. Se siente raro, medio incómodo. Pero volví más grande, con más experiencia, con más aprendizaje y con muchas ganas de transmitirlo, que eso es lo que más me gusta. Transmitir la pasión por este deporte y todo lo que te da porque no solamente te da algo personal sino que podés expandirlo y eso es mucho más lindo.

¿Alguna vez sentiste algún trato diferencial? ¿O el Kickboxing es un deporte que no tiene barreras de género?

No, nunca tuve diferencia. Lo que sí en el sparring por ahí los chicos son más brutos y tiene que ver mucho el profe para mí, de cuidar a los alumnos. Por ejemplo, como bien te dije es un deporte de peso, está por eso por categorías, porque una piña de un chico de 80 (kilos) le va a doler a un chico que pesa 50 kilos. Entonces tiene que aprender a moderar, ese autocontrol, que te dan las artes marciales, lo tienen que aprender a hacer. Si el profe no dispone de eso, si el profe los deja pegarse y knockearse porque sí, y ya no está bueno, ya no la vas a pasar bien. La idea para mí es pasarla bien y transmitir algo lindo del deporte. Y después con la diferencia de género no, porque imaginate que yo empecé cuando no había chicas casi, para entrenar ni competir.

Y siempre hice con los chicos y nunca tuve ni faltas de respeto, ni que se pasen de la mano. Se ve que tuve buenos profes, buenos maestros que me supieron guiar en esto para que no deje. La mujer puede hacer lo mismo que el hombre tranquilamente. Obviamente tiene sus diferencias en cuanto a técnica o en cuanto a física. Con respecto a que el hombre tiene más testosterona nada más, pero no quiere decir que una mujer no pueda pegar fuerte igual -risas- o efectivo, porque esto es de puntería igual. Entonces yo no hago diferencias con los chicos, yo digo los chicos todos en general, chicas y chicos. No, no veo ninguna diferencia.

Y hablando de la Patagonia ¿Qué te impulsa ser de la Patagonia? ¿Desde acá te parece que todo cuesta más o hay más para hacer?

La verdad que sí, cuesta todo un poquito más, porque ahora se expandió bastante el deporte y hay mucho, entonces ahora hay que destacarse. Destacarse tanto en peleas, o en cinturones, como en equipo. Porque al ser tantos, en Buenos Aires o afuera, para salir al exterior tenés que marcar esa diferencia. Y desde acá es más difícil poder llegar a eso porque allá en Buenos Aires hay un montón de gente, mucho más cerca, y el deportista se tiene que pagar todo solo. Como pasa ahora, ahora yo tengo que ir al Mundial de Kickboxing y me tengo que pagar todo yo como sea. No es que Argentina dice: “Bueno, ponemos un equipo y lo llevamos. Te pagamos a vos para que vayas, como un trabajo”. No, no es así. Es amateur el deporte en general en toda la Argentina, menos el fútbol. Ojalá que esto siga creciendo para que a los chicos que vienen no les pase. Decí que por suerte ahora Hernán Martínez me escuchó y cree en mi trabajo, en mi perseverancia de tantos años en el deporte, sin dejar de entrenar ni de dar clases, ni de aprender todo el tiempo y me da una mano con los pasajes, después tengo varios sponsors, ahora estoy gestionando algunos -risas- que me van a ayudar a poder viajar. Es gente que cree en el deporte y en mi carrera, en lo responsable que fui desde hace mucho tiempo y sigo siendo.

¿Y cómo estuvo Comodoro Fight Club?

Estuvo bueno, re linda experiencia. Era la primera vez que salía en la tele y la verdad que todo muy prolijo, único. Más acá en Comodoro, porque salimos por DirecTV, así que mostrar nuestra hermosa ciudad, eso es increíble.

¿Y cómo es prepararse para un Mundial?

Es entrenar a las 7 de la mañana, comer, dormir, respirar y dar clases, todo para ese Mundial -risas- Nada más que para eso. Enfocadísima, porque tengo que obviamente bajar de peso, después prepararme en varios estilos de combate, por ejemplo en kickboxing K1 y full-contact. Son estilos de artes marciales parecidos pero todos tienen su diferencia y demandan diferente energía también. Así que focalizada y más que motivada para dar el máximo esa semana de competencia.

Siempre se habla desde la preparación física, pero hablemos de sponsors, hablemos de apoyo ¿Qué se necesita para ir a un Mundial?

Dólares -risas-. Argentina está bastante complicada. Es costear el pasaje que por suerte ya lo pude pagar en pesos desde acá con una agencia de turismo de Buenos Aires, así que con eso no hubo problema, si no eran 1300 dólares el pasaje nada más.

Después, allá tengo que pagar el hotel en El Cairo y el derecho a competir que son 100 euros. Todo eso lo tengo que costear yo, más el pasaje a Buenos Aires, más la estadía en Buenos Aires, porque voy a ir a entrenar un tiempo con la selección allá, en la central, el Dojo Serpiente. Es un montón, pero vale la pena. Vale la pena para Comodoro, vale la pena para el deporte femenino, para la representación femenina de Comodoro que eso es muy bueno. Imaginate que de una ciudad del sur salga una chica a competir a un Mundial. Re copado, yo me siento re orgullosa de eso. Me encanta y me encanta poder abrirle el camino a las demás chicas. Por ahí próximamente seguramente se va a hacer otro y ya voy a tener experiencia de cómo entrenar o de ir allá y ver cómo es la movida internacional, porque van chicas de Rusia, de China, Japón, de Alemania, van a ir chicas de todos lados y esa experiencia no te la quita nadie. Tanto para el currículum deportivo como para Comodoro y Argentina, estar ahí es algo enorme. Es como un sentimiento difícil de explicar.

Es un gran hito para el deporte local, regional y por supuesto para la representación de las mujeres y de Comodoro al mundo directamente. ¿Tenés algún consejo para las deportistas locales, para las chicas?

Que sigan entrenando, cueste lo que cueste, que sigan entrenando. Ya 3 abdominales en el día, ya eso es entrenar, ya algo sirve, pero que nunca dejen de hacer lo que les gusta. Que nunca dejen de practicar lo que les mueve el corazón, lo que les hace bien y que las cosas llegan. Las cosas buenas si tienen que pasar, van a pasar y con perseverancia, con motivación y con trabajo, con esfuerzo día a día porque la verdad que ser deportista ya es un esfuerzo muy grande.

Pierina sigue entrenando y fomentando el deporte en cada clase. “A mí me llena de orgullo y de honor poder acompañarlas y poder transmitirle toda esta pasión” dice y destaca: “Agradecer siempre a la gente que está cerca, mi familia. Mi sponsor, que es Firefit Club, que es Nelly Cueva, mi entrenadora física y que me da una mano para poder dar clases y poder costear algunos gastos para el viaje. A Ariel Araneda que está siempre al pie del cañón. Ahora van a ir apareciendo sponsors de a poquito, supongo. Comodoro Deportes obvio, Hernán Martínez está igual. Mis alumnos, siempre agradecida mil por el aguante que me tienen, a Evangelina Gennari que me hace el plan nutricional para llegar óptima. Yo estoy enfocadísima en eso, no veo nada más que entrenar y poder viajar y estar tranquila para poder representar a Argentina y Comodoro como corresponde. Más que aguerrida, y con muchas más ganas”. Podés buscar a Pierina en las redes sociales, colaborar como sponsor o contribuir con Mercado Pago en [email protected].

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