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Abuelas Leecuentos, las palabras mágicas

Por Marcelo Melo / Las abuelas y abuelos leecuentos de Comodoro Rivadavia forman parte del colectivo nacional y son un ejemplo por sus objetivos y logros. El programa reúne a personas que leen y escuchan por placer, que brindan su tiempo para hacerlo.
lunes 29 de mayo de 2023
Abuelas Leecuentos,  las palabras mágicas

Hoy son 25 personas que producen la magia en esos encuentros, donde los personajes toman vida y la imaginación vuela. Desde el 2014 tiene su espacio en LU4, comenzaron en el programa “Campamentos de YPF en el recuerdo” y ahora cuentan con su propio programa “Llegó la hora del cuento”, los miércoles de 17:00 a 18:00 hs.

Al consultarles de donde viene esto de las Abuelas Leecuentos, la coordinadora del grupo, docente y narradora Norma Pérez nos cuenta: “este programa nació en forma experimental en la ciudad de Resistencia (Chaco) en 1999 cuando el periodista Mempo Giardinelli donó su biblioteca para estimular la lectura en barrios marginales y comedores comunitarios. En el 2011 se conformó como grupo voluntario de abuelas lectoras, donde la actividad gira en torno al libro, como objeto. En Comodoro Rivadavia surgió en el año 2013 convocado por el Plan Nacional de lectura”. Y nos habla de la satisfacción que nace de esto: “es muy grato compartir una lectura con los niños, jóvenes o adultos porque, así como a nosotros nos gusta leer, nos gusta también transmitirle ese amor por la lectura y por los libros. Siempre nos capacitamos con distintos talleres que nos dan nuestras coordinadoras como Laura Casa Diego, Verónica Raggio o narradores y escritores que convoca el plan provincial de lectura”.

Con respecto a la modalidad de tan noble actividad nos dice “Leemos en jardines de infantes, escuelas primarias y secundarias, en el CPB del Máximo Abasolo, en la Feria del Libro y en el Hogar de adultos mayores. Es una satisfacción pertenecer a este grupo porque hemos sido revalorizadas como adultos mayores, que es uno de los objetivos que tiene su fundador, además de lograr el acercamiento de las generaciones más jóvenes. Muchos niños y niñas no tienen un contacto estrecho con sus abuelos y abuelas, por ejemplo en Comodoro hay mucha gente que ha venido de otros lugares o directamente ya no tienen a sus abuelos y nosotros cumplimos un poco esa función de acercarles el cuento y la charla” enfatiza Norma.

“Mantenemos contacto con el grupo de abuelas de la provincia del Chubut, a fin de año nos reunimos en distintas localidades de la provincia y compartimos lo vivido en esta actividad. Hemos interactuado con el grupo de Venado Tuerto, que tiene más años que nosotras, participamos en agosto en el Foro de Gardinelli con voluntarios y diversos promotores de la lectura. Recibimos durante dos años capacitaciones virtuales desde Colombia en época de pandemia, con la Dirección de Cultura de Pereira, en el 2021 nos sumaron a su Tribu Lectora” nos informa la coordinadora sobre la dinámica.

Susana Calfuquir, una de las creadoras, se suma a la entrevista: “Este año en el aniversario por nuestros 10 años se realizó un mural en la escuela N°83 con parte del profesorado de arte de la misma escuela, luego una caminata por el Paseo Costero para finalizar en el CIP leyendo cuentos. La modalidad del grupo es ir de a dos a leer en las escuelas, en mi caso con mi compañera Luisa Sibau vamos a la escuela N° 23, a la N° 161 y a la N° 126. No es ir y leer nada más, sino que se trata de ponerle emoción y así el niño quiere volver a vernos. En ésta etapa de nuestras vidas es una alegría saber que tenemos que ir a leer ciertos días de la semana, yo prefiero salir, estar activa y todos los años vamos agregando cosas para mejorar”.

Y nos agrega una divertida anécdota: “Una vez en una lectura para un quinto grado me pongo a leer y al libro le falta una hoja así que bueno, como ya había leído varias veces el cuento, éste no fue un problema, yo creo que nadie se dió cuenta”.

Ana Maria Lovecchio, docente jubilada que forma parte del grupo desde el año 2017, nos dice: “Periódicamente, una vez por mes tenemos una reunión en la escuela N°83 para evaluar y acordar nuevos emprendimientos. La forma de trabajo es la lectura acordada, tenemos bibliografía que nos aconsejan desde el plan provincial, nos envían libros y tenemos relación directa con las bibliotecarias, de manera que ellas nos brindan los libros de los establecimientos”.

Nos habla de lo positivo de esta tarea: “y la verdad que esto es muy rico para nosotras y para quienes nos escuchan. El encuentro entre el adulto mayor y los niños o adolescentes es muy cálido, siempre tenemos muy buena recepción, para todos creo que es importante esto de la lectura en voz alta, el contacto cálido y amoroso entre las dos generaciones en este ida y vuelta, favorece a ambas partes. Las lecturas son elegidas cuidadosamente, estamos atentas a que sean agradables, creemos que es un crecimiento para nosotras como adultos mayores y para los niños. Nos reciben con mucho cariño, los niños nos reconocen en la calle… “¡esa es la abuela! ¡esa es la abuela!” le dicen a sus padres. Es muy gratificante para todas nosotras“ finaliza feliz Ana María.

Mónica Karaman es una abuela nuevita: “Hace dos meses me enteré que existía el grupo y me uní, me siento muy cómoda. Me encanta, es un grupo que tiene una dinámica muy sana, muy agradable, fui muy bien recibida. Hace poquito empecé a leer en las escuelas y realmente se produce una situación muy bonita entre los chicos, quienes reciben sobre todo cuentos, poesías y adivinanzas, que ya no es tan habitual escucharlas y muchos te cuentan que en la casa nunca les cuentan cuentos, así que es muy agradable. Participé de las actividades de los 10 años de las abuelas y realmente creo que es un lugar que encontré y en el que pienso quedarme por algún tiempo más” asegura Mónica.

Rosa Herrera quien hace 8 años forma parte del grupo, nos cuenta de sus lecturas en el área del Hospital donde hay niños internados con problemáticas complejas: “En estos espacios, nuestro trabajo es acompañar, decirles: “acá estamos, somos las abuelas, queremos que se sanen”. También Incentivamos a los niños a acercarse a los libros, ya que son mundos infinitos en todo sentido por su propuesta emocional e intelectual, les decimos que está bueno tomar un libro o una revista, ya que Internet y los videojuegos hacen que se alejen de ellos, y tomar un libro por entretenimiento, diversión y conocimiento es muy enriquecedor. Se produce un buen intercambio, se ponen contentos cuando llegamos, les hacemos adivinanzas y les damos alguna golosina. Y con el Programa de radio que tenemos en LU4, sentimos que tenemos mucho alcance a lugares apartados y lejanos, ya que nos llegan muchos comentarios que nos llenan de satisfacción. Interactuamos con abuelas de todos lados, hace poco se sumaron las abuelas de Rada Tilly, está bueno que se sume más gente, que se tome este baluarte con la mejor onda, para dar lo mejor que una tiene en el alma, en el espíritu, es una retroalimentación ” finaliza totalmente convencida de lo positivo de esta interacción.

Luisa Sibau desde hace 7 años forma parte del colectivo, quien asiste junto a Susana Calfuquir a la escuela N° 126 de km 8, a la N° 161 de Ciudadela y la N° 23 de Palazzo. “Veo las caritas de los niños y me produce mucha emoción, cómo prestan atención y nos reconocen por los cuentos, en mi experiencia particular me siento muy bien, me distrae, me satisface ya que mis nietos son grandes” nos comenta.

Perla Azucena Quinteros nos relata que se suma a las abuelas por intermedio de Norma Pérez: “Tengo una gran pasión por la lectura, soy muy feliz leyéndole cuentos, poesías, adivinanzas a los niños y adolescentes. Vamos a capacitaciones que se realizan en distintos lugares de la provincia, el año pasado le tocó a Comodoro y fue hermoso lo que organizamos para el encuentro, el próximo es en Rawson. También les cuento que en esos encuentros hacemos alguna obra de teatro y siempre nos destacamos. Una anécdota que recuerdo es una obra de teatro de una peluquería en la que la abuela Elsa, que Dios la tenga en la gloria, se fue sin pagar. El año pasado tuve la suerte de poder viajar con Norma y Ana a Resistencia (Chaco), a la Fundación Gardinelli, lo que fue una gran experiencia. Leo en la escuela N° 34 , en el CPB y a dónde me inviten”.

Toda ellas nos invitan a participar, desde los 18 años hasta los 100 años. Asegurándonos que es una tarea muy gratificante por el cariño que brindan los niños.

Ellas homenajean a las abuelas que ya no están.

“Luisa Zacarías que no está con nosotras, falleció el año pasado, la recordamos con mucho cariño. Leyó desde la primera hora y después cuando se enfermó desde su casa hacía todos los trabajos administrativos, redactaba los informes, las notas que debíamos enviar a distintas instituciones, los proyectos (ella fue la que redactó el proyecto para ingresar a la radio). O sea que siempre estuvo con nosotros primero con su voz brindando los cuentos y después trabajando desde su casa silenciosamente”.

“Elsa Albornoz, otra de las abuelas que nos dejó el año pasado en diciembre a los 80 largos años. Estuvo trabajando desde el 2014 con nosotras y era la primera en estar dispuesta a viajar a los encuentros, era la tejedora del grupo, fue la que preparó muchas mantas. Cuando fuimos a un encuentro como era un internado, cuando regresamos dejamos una manta de cuadraditos tejida por ella”.

“Silvia Contin, fue nuestro referente desde 2012, profesora doctorada en letras, fue la organizadora del grupo conectada con el Plan Nacional de Lectura, hasta la pandemia cuando enfermó y falleció, ingresando Silvia Raggio hasta la actualidad. Silvia organizaba todos los encuentros, contactaba a los narradores y escritores para los talleres, viajaba a Comodoro y resto de la provincia capacitando a las abuelas lee cuentos. Fue nuestra primera coordinadora, es la que nos enseñó y formo como lectoras”

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