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Después de 18 años, el padre Juan Nota regresó a la Parroquia María Auxiliadora

El domingo pasado, el padre Juan Nota fue recibido con los brazos abiertos en la misa de bienvenida de la Parroquia María Auxiliadora, tras 18 años de haber servido en Rawson. En una entrevista a Crónica recordó sus primeros pasos en esta vocación, su pueblo natal, su llegada a Comodoro en la década del 60 y anécdotas que siempre llevará en su corazón.
domingo 23 de enero de 2022
Después de 18 años, el padre Juan Nota regresó a la Parroquia María Auxiliadora
Regreso. El padre Juan Nota, el domingo anterior, durante la misa de bienvenida con la que fue recibido en la Parroquia María Auxiliadora.
Regreso. El padre Juan Nota, el domingo anterior, durante la misa de bienvenida con la que fue recibido en la Parroquia María Auxiliadora.

“En toda la vida uno ya está acostumbrado a las más variadas situaciones. Uno es cura no solo porque le interesa la comunidad, sino donde pueda servir”, dijo.
Juan Nota nació en un pueblo llamado Fossano, una antigua “colonia”, base del ejército romano en el norte de Italia, cerca de los Alpes. Siendo que es un pueblo antiguo y no muchos saben dónde se encuentra, el padre siempre orienta: “Mi pueblo está 25 kilómetros de Ferrero Rocher el del chocolate, está a 30 kilómetros de Cinzano, a 60 kilómetros de Asti Gancia, por otro lado está a 60 kilómetros de Fernet Branca y a 120 kilómetros de la Costa Sur” detalló.
Llegó a Comodoro en vigilia de navidad, un 24 de diciembre de 1965. Todavía no era cura, sino que le quedaban dos años de estudio en la Universidad. “Ahí me hospedé en el obispado, pero recuerdo que el primer destino fue Sarmiento. Así que conozco la región y el ambiente” señaló.
El padre estuvo al frente de la Parroquia María Auxiliadora en Comodoro desde 1972 cuando estaba el padre Juan María Canale; “él estuvo hasta 1981, y después lo seguí yo como Párroco hasta el 2004”, dijo.

 

Su labor en Rawson

De la misma manera, recuerda a la comunidad de Rawson con mucho afecto. “Yo me fui el 26 de febrero de 2004 a Rawson y fue una linda experiencia, con mucho cariño de la gente de Comodoro que me acompañó, pero igual con sufrimiento y lágrimas” dijo.
De esta manera, Juan Nota se convirtió en el primer cura diocesano en la Parroquia María Auxiliadora de Rawson, el primer templo que hubo en la zona. “Se dio la circunstancia de que soy el primer cura que quedó tanto tiempo sin moverse de Rawson, desde fines de 1.800. Es por eso que la gente estaba muy dolorida cuando se enteró que tenía que volver aquí a Comodoro”, comentó.
Incluso habían juntado firmas para pedir que se quedara. “Frente a este nombramiento -porque también estaba Marcelo Nieva, que ahora está en km 3- hicieron como una protesta. La gente, evidentemente con todo el orden necesario, tiene el derecho, hasta inclusive el deber de hacer escuchar su voz. Después que le den la razón o no, es otro cantar. Pero hace falta que se haga escuchar la voz. Y así fue que presentaron sus motivos, se hizo una reunión con los dos obispos, el titular y auxiliar. Y bueno finalmente, por supuesto todo iba a seguir su rumbo”, explicó el sacerdote.
El trabajo en la capilla de la ciudad capitalina era abundante y entre las actividades sociales que participaba e impulsaba el padre Juan Nota, estaba la cooperativa de 52 viviendas en el Área 12, con un método que se llama ‘viviendas económicas por ayuda mutua’.
Recordó que esa experiencia nació en Comodoro Rivadavia con -en su momento- los erradicados del Balcón del Paraíso. “Me acuerdo que cuando quisieron desalojar a aquellas personas, yo estaba en Astra en un encuentro de jóvenes. Me vinieron a ver las personas que las estaban sacando del barrio, entonces yo les dije que íbamos a ver qué pasaba para encontrar alguna solución. Y así fue, ese mismo lunes fui a hablar a la Municipalidad. Expliqué que quienes estaban en el barrio del Balcón del Paraíso estaban de manera legítima. Inclusive para demostrar eso, tiempo antes había sacado fotografías aéreas con un avión del aeroclub como para demostrar que era posible construir allí. Prueba que respalda las construcciones actuales”, explicó.
A raíz de este acontecimiento, el padre inspiró el emprendimiento de la fabricación de bloques para la construcción de casas. “En la cancha de la Parroquia, donde ahora está el vivero, armamos la fábrica de bloques, donde trabajábamos los fines de semana y donde sacábamos unos 5 o 6 mil bloques”, declaró.
Entre Comodoro y Rawson, el padre Juan Nota ayudó a la construcción de unas 200 viviendas.

 

Proyectos futuros

“Burro viejo no agarra trote”, fue el refrán que utilizó para describir los proyectos futuros de la Parroquia. “Después de tanto tiempo y al no saber cómo funciona ahora, no es que llegue uno y de un plumazo lo que se hacía antes se deja de hacer. Es necesario dedicar un tiempo para saber cuál es la realidad, la situación, qué es lo que se está haciendo y quienes participan”. En este sentido, explicó que se hará un programa de trabajo a corto, mediano y largo plazo. “Además de ser burro viejo, soy rengo pero vengo”, expresó entre risas.
Por cumplir sus 80 años en un mes, el padre Juan se mostró muy contento de estar nuevamente en la ciudad, “aparte porque soy una persona que me adapto fácilmente y no tengo grandes requisitos. Eso lo aprendí de mi casa, de mi madre y de mi padre”, aclaró.
Al hablar de su familia, hizo un viaje en el tiempo y le fue inevitable no recordar ese momento difícil en que le tuvo que decir a su madre que atravesaría el océano para obrar como misionero, allá por el año 1963. “Yo había pedido al obispo y autoridades del seminario, servir como misionero y terminar los estudios en Argentina. Me habían dado el permiso, entonces yo tenía que decírselo a mi madre. Lo recuerdo como si fuera ahora que estaba en la cocina y daba vueltas y pensaba ‘le digo, no le digo’… Cuando de repente exclamé –¡Mamá!, y me contestó -¿Qué pasa?....- Sabés, me voy a ir a Argentina como misionero. -¿Tus superiores te dieron permiso? Sí le dije, a lo que me contestó un simple -Bueno”.


Y por supuesto, luego vino la despedida. Siendo así, el obispo lo fue a buscar a su pueblo en un coche y con otro salesiano. “Resulta que ese domingo de diciembre, mes 12, también coincidió la fecha de domingo 12, al igual que coincidieron las lecturas de la biblia de la misa. Entonces a mí me tocó leer la segunda lectura, donde Pablo le dice a la comunidad -¡Les digo, estén alegres, se lo repito, estén alegres!... Mientras que adelante veía chorrear de lágrimas a mis abuelos, mis tías, mis padres y mis hermanos, todos llorando por mi partida… Y yo decía en la palabra que tenían que estar alegres”, rememoró con una leve sonrisa.
Comodoro es una de las ciudades donde más estuvo y donde siempre se sintió a gusto. “Espero poder ser útil todavía en mi vejez, en mi ancianidad. Dicen que escoba nueva barre bien pero aunque sea viejo espero barrer bien”, declaró.
El objetivo como siempre, es seguir trabajando con la comunidad y “aprovechar toda la riqueza de la gente que tiene la Parroquia María Auxiliadora” sostuvo.
Por último, aprovechó para enviar un gran saludo a toda la comunidad de Rawson. “Acá en Comodoro, algunos ya me conocen por los años que han pasado, a algunos los casé, a otros los bauticé, a otros le di la primera comunión… Así que estoy en casa”, concluyó.

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