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Justicia por Farru, en Puerto Deseado

Piden la destitución de una funcionaria que ordenó la eutanasia de un perro que tenía familia

martes 30 de agosto de 2022
Piden la destitución de una funcionaria que ordenó la eutanasia de un perro que tenía familia

Puerto Deseado, (C).- La dirección de Control Canino municipal volvió a estar en el ojo de la tormenta luego de que una funcionaria ordenara la eutanasia de Farru, un perro mestizo de 3 años y medio que una familia había rescatado de la calle.

Si bien el animal estaba chipeado a nombre de otra persona, Paloma Ramos efectuó un posteo en la redes sociales para relatar la dramática situación que vive la familia con la muerte de Farru.
“Hace 3 años adoptamos un perrito callejero, lo nombramos Farru, lo hicimos parte de nuestra familia, nos encargamos de sus cuidados llevándolo al veterinario y teniendo todas sus vacunas al día, cocinándole y durmiendo con nosotros en la cama, creciendo a la par de mis hijos”, comenzó relatando la mujer.
“El 27 de junio de este año, agentes de control canino se llevan a “Farru” de nuestra casa en calle Rivadavia. Mi familia me avisa inmediatamente y logro llegar a las oficinas de Control Canino al 
mismo tiempo de la camioneta que llevaba a nuestro perro. Me presento y les digo que soy la dueña y que pago lo que corresponda para llevármelo. Allí me comunican que estaba chipeado a nombre de otras personas y solo ellos podrían retirarlo; y agregan que de todas formas tendría que esperar porque habría denuncias realizadas en contra del perro y tenían que evaluar su comportamiento, algo que me pareció raro porque nunca recibimos quejas sobre Farru, y el mismo vivía adentro, solo salía a hacer sus necesidades”, señala la mujer.
Agrega que para demostrar que se trataba de un a perro manso enseñó fotos  del can. “En las fotos Farru estaba con nuestros hijos pequeños, con niños del barrio y hasta con nuestro gato y otro perro más pequeño con el que convivían en armonía y hasta dormían juntos. De ninguna manera nuestro perro podía ser tildado de agresivo”, sostuvo.

Acotó que en durante el tiempo que el animal permaneció en las jaulas fueron a verlo todos los días. “Lo veíamos triste y sin ánimos, no quería comer el alimento que le daban por que estaba acostumbrado a que le cocinemos, el chico que los cuidaba nos decía que se portaba muy bien y que no era agresivo con los otros perros. Todos los días pregunté por su situación, me decían que estaban esperando a que la persona que en el chip era responsable del perro que regrese de la mina donde trabaja para preguntarle si lo quería dar en adopción. También constaté en el Juzgado de Faltas que no había denuncias ni multas por Farru”.
El 23 de agosto, luego de casi dos meses de permanencia en las jaulas, cuando Paloma Ramos se dirigió como todos los días a Control Canino, la directora le comunica que la dueña del perro se lo había llevado.
“Busqué a esta señora y para mi sorpresa me dice que agentes de Control Canino hablaron con ella y le hicieron firmar un papel para que el perro volviera a estar en adopción. Ese mismo día volví a buscarlo a Control Canino y me dijeron que ya lo habían dado adopción… ¡Una burla! Ante tantos impedimentos busqué asesoramiento legal para que me ayuden con la adopción y el cambio de titularidad de Farru, asegurando que estamos dispuestos a pagar multas, estadía y todo lo que hiciera falta para que nuestro perro vuelva a casa”, detalló Paloma.
Pero la desolación no tardó en llegar cuando el 24 de agosto, la abogada es informada por la propia directora de Control Canino que Farru había sido sometido a eutanasia, autorizados por los dueños que figuraban en el chip quienes habían firmado un papel para que se sacrifique al animal.
“Esta noticia nos destroza, al punto que uno de nuestros hijos aun continua muy triste y de a ratos llora de la angustia de enterarse que su perro está  muerto y que no volverá”,  se lamentó la mujer.
Y luego se preguntó “quiénes son ellos para decidir si un perro vive o no. Farru era un perro sano y tenía una familia que le dio mucho amor, lo cuidó por 3 años y lo reclamó hasta el último día. Tengo mucha bronca y angustia porque la directora de Control Canino no me dio la posibilidad y oportunidad de ser la dueña de Farru, y no conforme con eso mató un perro que tenía familia con dos niños que lo esperaban” dijo, al tiempo que pidió la destitución de la responsable de la oficina de Control Canino. 
“Farru no va a volver, pero no quiero que otro animal o familia sufran lo que sufrimos nosotros. Farru no era un perro agresivo, no tenía denuncias hechas, no tenía multas en el Juzgado de Faltas, el juez de Faltas no autorizó la eutanasia de Farru; quienes eran dueños de Farru en el registro de control canino fueron engañados para firmar una autorización de eutanasia en lugar de una puesta en adopción a Farru; lo sacrificó cualquiera y no un profesional veterinario como debería ser en esos casos; pido la destitución de Analía Taverna la directora de Control Canino”, finalizó.

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