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La Segunda Guerra Mundial en Comodoro

domingo 22 de mayo de 2022
La Segunda Guerra Mundial en Comodoro
Conmemoración de la marcha en Roma por la victoria de Vittorio Veneto. Comodoro Rivadavia, 31 de octubre de 1936. Foto Asociación Italiana
Conmemoración de la marcha en Roma por la victoria de Vittorio Veneto. Comodoro Rivadavia, 31 de octubre de 1936. Foto Asociación Italiana

Acaso el acorazado alemán Schlesien, que llega al pueblo en enero de 1938, busca algo más que hacer propaganda del régimen nazi y establecer relaciones públicas con Comodoro o sus coetáneos alemanes.

Una firme hipótesis plantea la posibilidad de que la embarcación perteneciera a un servicio secreto alemán, dedicado a organizar, en puertos de países neutrales, una red que abasteciera a las naves alemanas durante la guerra, utilizando al personal alemán de compañías de navegación, petroleras o cualquier otra actividad (1).

Esa actividad, se ve favorecida por el espíritu patriótico de los alemanes en el extranjero, mientras que uno de los jefes del servicio reconoce años más tarde que el mayor éxito de estas operaciones se obtuvo en la Argentina, “donde fueron equipados buen número de los petroleros nodrizas, que avituallaron a los acorazados Graf Spee y Admiral Sheer. Los buques zarpaban aparentemente de un puerto para el otro y no regresaban hasta que había transcurrido el tiempo normalmente empleado en el supuesto viaje” (2).

Otros trabajos detallan operaciones de abastecimiento de combustible frente al litoral marítimo patagónico, favorecido por su desolación y por la abundante información cartográfica que las potencias habían relevado antes de la guerra.

“De haberse profundizado la acción submarina o corsario, o de haberse bloqueado efectivamente el Canal de Suez, casi con seguridad que las acciones militares hubieran terminado por implicar a la costa litoral patagónica como plataforma de apoyatura para ambos bandos, o por lo menos para uno de ellos” (3).

Incluso Estados Unidos evaluó con preocupación la posibilidad de un “manotazo nazi en la Patagonia” y planteó la posibilidad de intervenir, posiblemente en Comodoro Rivadavia, desde donde se abastecía el 70 por ciento del petróleo consumido en el país.

Así, este ignoto punto del mundo a punto estuvo de convertirse en escenario del conflicto mundial, considerando
que también para Inglaterra el petróleo comodorense resultaba vital desde el punto de vista estratégico.

Este contexto explica el porqué de la Gobernación Militar.

Una película de espías con actores comodorenses

La contienda mundial tiene consecuencias directas para los habitantes y empresas comodorenses.

Entre diciembre de 1939 y mediados de 1941, la Compañía Ferrocarrilera de Petróleo despide a 35 obreros y técnicos calificados de origen alemán. El argumento oficial fue “reducción de personal”, pero los jefes locales informan verbalmente a los afectados que las órdenes de despido se deben a la guerra en Europa, por órdenes de la Embajada de Inglaterra en Buenos Aires.

 

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Los alemanes son vistos con desconfianza en el campamento petrolero y en el pueblo, hay rumores de que se organizan militarmente en Bahía Solano y llama la atención su permanente apego a la preparación física y las caminatas en formación, siempre en perfecto orden.
También es recordada la versión del escondite, en Rocas Colaradas, para ocultar un faro y un aparato de radio clandestino, supuestamente para comunicarse con buques o submarinos.

En el pueblo, los alemanes se reúnen en el bar Zeppelin, en calle 9 de Julio, entre San Martín y Rivadavia. Allí, todos hablan alemán y se invita a personas de confianza, para comentar la marcha de la guerra y brindar por el éxito de la causa.

Por otra parte, en el campamento de la compañía petrolera Astra, fundada en 1915 a partir de capitales argentinos a los que luego se suman alemanes, también hay reducción de personal. En el campamento hay un campo destinado al volovelismo, mientras que el primer planeador “fue un obsequio especial llegado de Alemania, de parte del mismo Hiler, en un contenedor portátil” (4).

Durante varias décadas, en la administración de Astra ha habido una fotografía que no deja dudas sobre el modo de pensar durante los años de la guerra:

“Era una fotografía sobre un festejo patrio argentino, que en la que era posible observar a los chicos de una escuela en formación, con dos abanderados: uno, con la bandera argentina.

El otro, con la bandera nazi. Cuando pregunté qué significaba esto, me dijeron: ´sin comentarios´. A la foto la vi con total claridad, no me lo contó nadie” (5).

No se puede afirmar que todos los alemanes en Comodoro hayan apoyado la ideología nazi. Pero es claro que la segunda guerra mundial no ha pasado lejos del pueblo.

Los planes nazis en la Patagonia

El diputado socialista Enrique Dickman vierte acusaciones, en 1938, ante el Congreso de la Nación, en torno a los propósitos de expansión alemana en el sur argentino (6). Según el legislador, en base a documentos oficiales, diversas empresas de origen alemán participaron de tareas para reunir información sobre la Patagonia. La denuncia de Dickman mencionaba el propósito del partido nazi de obtener información sobre pozos petroleros, movimiento comercial, posibilidades de colonización. La tarea estaba distribuida entre empresas como Antonio Delfino y Cía o Lahusen, a la que se requería informe sobre producción lanera en la Patagonia.

Tal vez así se explique uno de los delirios inconclusos de quien puso al mundo al borde del abismo: “Haré de ese continente de mestizos, un gran dominio alemán”, habría dicho Hitler, frente a un mapa de América del Sud (7).

 

Extraído del libro "Crónicas del Centenario" editado por Diario Crónica en febrero de 2001.

 

Referencias

(1) Ver Moreno, Carlos, “Patagonia Punto Crítico”, capítulo IV, “La Patagonia en las conflagraciones mundiales del Siglo XX”.

(2) Idem.

(3) Idem.

(4) Idem.

(5) Testimonio del contador Aníbal Otamendi, entrevista de Crónica, julio de 2000.

(6) Idem 1.

(7) Moreno, Carlos, “Agenda para un siglo”, documento de trabajo, edit. Univ.

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