Huracán vs Newbery: El clásico comodorense terminó sin goles

Con el empate en cero que consiguió de visitante en el descolorido Superclásico comodorense, Huracán, que perdió puntos por primera vez en el torneo aunque se sostiene como único invicto y puntero, dispone de un escenario ampliamente favorable para alcanzar el título en las próximas cuatro fechas, mientras que Newbery no pudo adjudicarse el cruce que debía, y ahora no depende de sí mismo.

Los primeros 45 minutos fueron inexpresivos y aburrieron, pero en el ST hubo más ocasiones, o al menos, mayores aproximaciones, pero con escasísimas jugadas de real riesgo y, con el transcurrir de los minutos, se fueron evidenciando las intenciones de cada uno: el visitante tratando de que el partido se esfume porque el resultado le convenía y el local sumando personal ofensivo, pero sin la claridad necesaria.

Demasiados cautos fueron ambos en los primeros minutos, con intentos para tratar de salir en velocidad, pero como estaban íntegros físicamente, los defensores siempre llegaron primero y desbarataron cualquier progreso; todo estaba intrascendente hasta cuando se produjo la primera polémica de la tarde, porque en un pelotazo largo salió y calculó mal el arquero Mauro Zamora, lo superó la pelota y se produjo el choque con Franco Domínguez dentro del área, donde el juez cobró infracción del delantero.

El desarrollo continuó sin demostrar nada, más allá de que el local pudo manejar la pelota por el criterio de Marco Ruiz, pero sin llevar riesgo, porque en todos los intentos largos encontró a un muy atento arquero Mauro Zamora, que le gusta jugar bien adelantado. En tanto que el visitante poco hizo del medio hacia adelante y solo expuso un par de remantes desde lejos, pero que fueron muy livianos, primero el de Jorge Barrera y luego de Tiago Barría.

Una postal del ST, varios avances del “Lobo” fueron anulados.

Luego el cotejo se emparejó y se desenvolvió más que nada en el medio y lejos de las áreas, quedándole al “Aeronauta” solamente las pelotas detenidas, pero tras un par de tiros libres tampoco inquietó, inclusive los carrileros cambiaron de lugar, con Castro yendo sobre la derecha y Obredor a la izquierda, aunque mucho no se modificó. Hasta el final del primer tiempo no sucedió nada, porque los dos concretaron sus intenciones primarias de resguardar el arco.

Antes del minuto del complemento, fue el “Globo” el que avisó y generó la mejor chance hasta ese momento con un remate de Ariel Castellano que pasó apenas por arriba, y un rato después, en la acción más lúcida de la tarde, ganó bien por la derecha Castellano, se llevó un par de marcas y metió un buen centro al lado opuesto que conectó Tureo, pero que no le pudo dar dirección y se fue apenas a un costado del caño. En ese tramo Newbery llegó un par de veces y anotó, pero ambas jugadas ya habían sido anuladas, primero por posición adelantada y después por full.

Así se sacudió el Superclásico, porque los dos continuaron avanzando y proponiendo, con un Huracán que trató de imprimirle velocidad con Castellano por la derecha y con Cristian Reyes por la izquierda, quienes preocuparon en un par de oportunidades, pero también el “Lobo” presentó lo suyo y tuvo progresiones por las puntas, pero sin poder de quedar de cara al gol.

Un cambio ambicioso fue el de Aberasturi al poner al delantero Jorge Aynol para quedar con tres bien arriba y modificar el dibujo táctico, porque Obredor y Castro retrocedieron uno metros para igualar la línea de Ruiz y tratar de equilibrar en la marca, pero si bien insistió una y otra vez y generó chances -algunas fueron anuladas por el juez de línea-, no fue resolutivo, mientras que el visitante fue aguantando y, con el transcurrir del tiempo y el resultado determinándose lentamente, empezó a evidenciar sus movimientos para que pasen los minutos, a trabajar con inteligencia la desesperación del oponente, y consolidar el empate que finalmente lo dejó con todo el escenario a favor para llegar al título.

Esquemas tácticos

En un juego que tuvo mucha cautela y con los protagonistas jugando muy intenso pero sin demasiada concepción, fue bueno el planteo del entrenador César Villarroel, que mantuvo en todo momento a los tres delanteros –quedó claro que desnivelaron muy poco- y, con el suceder del juego, se fue acomodando para proteger eficazmente su arco y sustentar el punto que termina siendo muy valioso. Y si bien en ocasiones fueron notorias algunas acciones para “hacer tiempo”, también hay que mencionar que nunca, con las sustituciones, redujo el esquema ofensivo.

Faranda controla a Domínguez, el defensor fue uno de los mejores.

Por su parte Newbery, obligado desde el inicio mismo por la puntación en la tabla de posiciones, salió a buscar el encuentro con sus dos delanteros goleadores y tres volantes con vocación de ataque –obviamente no obtuvo resultados- y en los últimos 20 minutos arriesgó un poco más con el ingreso de Jorge Aynol para quedar con tres adelante y formar un medio de tres componentes.
Pero si bien los dos se expusieron y quisieron, el partido defraudó.

Los dibujos

Newbery (4-1-3-2): El entrenador Aberasturi apostó por una defensa de experiencia y de recorrido ubicando a cuatro centrales en la última línea (Urdiles varias veces jugó de 2), más adelante se situó Marcos Ruiz para ayudar a los zagueros, pero también para armar juego desde ese sector, y unos metros más arriba estuvieron Obredor, Chávez y Castro, que trataron de ir, pero no pudieron desnivelar, aunque colaboraron con la marca, mientras que adelante no lograron mostrar sus atributos los goleadores Domínguez y Marchant. Con el ingreso de Aynol el dibujo pasó a un ambicioso 4-3-3 y en los últimos minutos probó con Reynoso por Castro.

Huracán (4-3-3): El DT Villarroel confió en la defensa que puso a Huracán arriba de todos y respaldó a Agustín Herrera, debido a que se presentaba la posibilidad de que ingresara en su reemplazo el experimentado Maximiliano Biasussi –lo hizo pero por una molestia física-; en tanto que los jugadores del medio estuvieron bien para neutralizar –obviamente como a todos los protagonistas les costó crear- y adelante en todo momento se sostuvo con tres bien adelantados, aunque poco pudieron hacer en el primer tiempo y recién generaron en el complemento, es más, tuvieron una clara sobre el final del juego.

Los destacados

En un partido que no ofreció mucho, careció de claridad y de fluidez ofensiva, los destacados entonces no fueron otros que los defensas. Ni siquiera los arqueros, porque tuvieron un mínimo trabajo. Como el resultado le favoreció a Huracán, la figura fue el primer central Enzo Faranda, que en el primer tiempo no perdió y en el segundo, cuando Newbery “cargo” con el juego por las alturas, se la bancó y estuvo correcto.

En Jorge Newbery

Marcos Ruiz: El volante jugó bien todo el partido, en el primer tiempo cuando todo fue opaco en general, y también en el segundo cuando levantó algo, es que en todo momento fue el más criterioso para intentar generar desde se lugar, además de cumplir siempre con su misión de estar y marcar cerca de los centrales.

Ariel Rubio: Firme en cada intervención de abajo y de arriba, así mismo llegó a los cruces cuando los delanteros rivales profundizaron y superaron las resistencias de los marcadores de punta, además de ir a buscar los centros en las pelotas inmóviles.

En Huracán

Enzo Faranda: Viene siendo uno de los pilares del puntero y no decepcionó para nada en este enfrentamiento especial, al desarticular todo lo que apostó el rival con el constantemente difícil Domínguez, que si bien era tarea de Agustín Herrera, colaboró mucho para anularlo, mientras que después, cuando el anfitrión empezó a llevar el juego por las vías aéreas, también rindió.

Ariel Castellano: En un desarrollo que casi no tuvo alternativas de gol y donde todos los jugadores ofensivos y delanteros no pudieron prosperar en casi toda la tarde, el puntero derecho, con una jugada antes del minuto en el complemento y una buena mandada por su lado y posterior centro para el ingreso de Reyes que remató apenas desviado, le alcanzó para sobresalir, además de ser el referente que más utilizó Huracán para desahogarse en el final.